¿Sabías que la detección temprana y el tratamiento eficaz pueden permitir que una persona con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) lleve una vida normal? El VIH es el virus que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), mismo que, cuando infecta a una persona, ataca y debilita a su sistema inmunitario, y si no se trata, puede avanzar a través de cuatro fases graves.

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De acuerdo con el sitio de Medline Plus, el virus se propaga o transmite de una persona a otra, a través de ciertos fluidos corporales como sangre, semen y líquido preseminal, fluidos rectales, fluidos vaginales y leche materna.

“A medida que el sistema inmunitario se debilita, la persona está en riesgo de contraer infecciones y cánceres que pueden ser mortales. Cuando esto sucede, la enfermedad se llama SIDA. Una vez que una persona tiene el virus, este permanece dentro del cuerpo de por vida”, se lee en el sitio.

Si bien, no existe una cura para el VIH ni el SIDA, de acuerdo con el sitio de la Clínica Mayo, los medicamentos pueden controlar la infección y evitar que la enfermedad empeore: “Los tratamientos antivirales contra el VIH redujeron las muertes por SIDA en todo el mundo. Se está trabajando para que los países con menos recursos dispongan de más recursos para prevenir y tratar el VIH y el SIDA”, informa.

En México, de 2014 y hasta el segundo trimestre de este 2024, se han detectado un total de 161 mil 352 casos diagnosticados con VIH y notificados en todo el país, según datos del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de VIH de la Secretaría de Salud. En este mismo periodo de tiempo, Puebla ha representado solo el 4.9 por ciento de los casos totales comprendidos en ese mismo periodo, sumando a la fecha un total de 7 mil 827 personas infectadas con el virus, en los últimos diez años.

Estas son las cuatro fases de infección por el VIH

Cuando una persona ha adquirido el VIH, los síntomas van a ser variables, según la persona y la etapa de la infección, ya que tiene cuatro fases y según la Clínica Mayo, estas son:

Infección primaria o VIH agudo: Esta es la etapa más temprana de infección por dicho virus, misma que se manifiesta en un lapso de dos a cuatro semanas de haberla contraído. Durante esta fase, algunas personas tienen síntomas similares a los de la influenza, tales como: Fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, incluso sarpullido, dolor de garganta y llagas dolorosas en la boca, ganglios linfáticos o nódulos inflamados, principalmente, en el cuello, diarrea, pérdida de peso, tos y sudoraciones nocturnas. Durante esta fase, la concentración del virus en la sangre es muy alta, lo que aumenta considerablemente su riesgo de transmisión. Si la persona infectada comienza tratamiento antirretroviral o TAR durante esta fase, puede proporcionar beneficios a la salud.

Infección clínica latente o VIH crónico: En esta segunda fase, conocida también como infección asintomática por el VIH o latencia clínica, el virus sigue multiplicándose en el organismo, pero en concentraciones muy bajas, incluso, las personas infectadas pueden no tener síntoma alguno. Sin el tratamiento antirretroviral, la infección crónica por el VIH generalmente se convierte en SIDA en el transcurso de 10 o más años, aunque en algunas personas puede avanzar más rápido. En cambio, quienes reciben TAR en esta etapa, pueden permanecer en esta fase durante varias décadas, incluso al llevarlos a cabo tal y como se le prescribe, mantiene una carga viral indetectable sin riesgo alguno eficaz de transmitir el VIH a su pareja VIH negativa a través del sexo.

Infección por el VIH sintomática: Según la Clínica Mayo, a medida que el virus se multiplica y destruye las células inmunitarias, se es propenso a contraer infecciones leves o presentar síntomas a largo plazo, tales como: Fiebre, cansancio, ganglios linfáticos inflamados, que suele ser uno de los primeros síntomas de la infección por el VIH, diarrea, pérdida de peso, candidiasis oral, culebrilla o herpes zóster y neumonía.

Evolución al SIDA: El SIDA es la fase final y más grave de la infección por el VIH, ya que el virus ha destruido el sistema inmunitario, lo que provoca que el cuerpo no pueda luchar contra las infecciones oportunistas y el cáncer. Una vez que la persona recibe un diagnóstico de SIDA, puede tener una carga viral muy alta y transmitir el VIH a otros de manera fácil, de hecho, sin tratamiento, por lo general, las personas con SIDA sobreviven unos tres años.

Si la persona infectada no recibe tratamiento, la infección por el VIH evoluciona en fases y empeora con el transcurso del tiempo. La atención del VIH es necesaria para reducir el riesgo de que la enfermedad evolucione hacia sus etapas más avanzadas. El propósito de Tratamiento del VIH es mantenerlo en las primeras etapas de la enfermedad.