Hay problemas de salud que a simple vista no pueden ser detectados, pues tras una seria de análisis clínicos todos los resultados son óptimos y uno de estos, que principalmente surgen en razón de le edad son los conocidos es el conocido como síncope vasovagal.
El también llamado síncope neurocardiogénico se da cuando el cuerpo reacciona ante ciertos factores que generan que la frecuencia cardiaca y la presión arterial disminuyan de manera repentina, lo que genera que también baje el flujo sanguíneo que llega al cerebro, lo que ocasiona la pérdida repentina del conocimiento.
Cabe destacar que generalmente este padecimiento es inofensivo y no se requiere de un tratamiento, pero debido al desmayo puede haber algunas afectaciones, principalmente al momento de caer, por lo que los médicos suelen solicitar otros estudios a fin de descartar que otros males hayan sido los causantes del desvanecimiento.
¿CUÁLES SON LOS SÍNTOMAS UN SÍNCOPE?
Existen una serie de señales de que se está a punto de sufrir un desmayo por un síncope vasovagal, entre los que destacan la palidez de la piel, aturdimiento visión de túnel, náuseas, sensación de calor, sudor frío y húmedo, además de visión borrosa.
Por otra parte, quien se encuentre cerca de una persona que se desvanezca por este mal puede percatarse de movimientos bruscos y anormales, pulso lento y débil, así como pupilas dilatadas.
Es importante señalar que la recuperación tras un desmayo provocado por un síncope vasovagal se debe dar en menor de un minuto, pero los expertos señalan que no es recomendable ponerse de pie de manera rápida, pues se corre el riesgo de un nuevo desmayo, por lo que es recomendable esperar entre 15 y 30 minutos.
¿CÓMO SE ORIGINA UN SÍNCOPE?
Este malestar suele surgir cuando la parte del sistema nervioso que regula la frecuencia cardíaca y la presión arterial funciona de manera incorrecta ante una situación externa, por lo que la frecuencia cardíaca disminuye y los vasos sanguíneos de las piernas se dilatan.
Todo este contexto puede generar que la sangres se acumule en las piernas y a su vez disminuya la presión arterial, mismo efecto que combinado con una frecuencia cardíaca más lenta causa la rápida reducción del flujo de sangre hacia el cerebro.
Aunque hay situaciones en las que no existe un factor en específico que genere esta situación, existen algunos factores comunes relacionados con este hecho dentro de los que se encuentran estar de pie durante períodos prolongados, estar expuesto a una fuente de calor, ver sangre, someterse a una extracción de sangre, tener miedo de sufrir una lesión física o hacer esfuerzo.
Cabe destacar que no hay manera de evitarlos, por lo que en caso de tener la sensación de un desmayo la recomendación es recostarse y levantar las piernas para mantener el flujo de sangre al cerebro; en caso de no poder recostarse se recomienda sentarse y colocar la cabeza entre las rodillas.
¿CÓMO SE DETECTAN LOS SÍNCOPES?
La manera de diagnosticar un síncope vasovagal es primero mediante un examen físico que consiste en escuchar el corazón y tomar la presión arterial, además de masajear las arterias principales del cuello para detectar si esto originó el desmayo.
Por otra parte, el galeno también puede solicitar otros análisis clínicos a fin de detectar otras posibles causas de los desmayos, principalmente enfocados a problemas del corazón, entre los que se pueden encontrar electrocardiogramas, ecocardiografías, pruebas de esfuerzo, análisis de sangre y pruebas de mesa inclinada.
¿EXISTE UN TRATAMIENTO PARA LOS SÍNCOPES?
Aunque en la mayoría estas problemáticas no requieren de un tratamiento, si los desmayos comienzan a ocurrir con más frecuencia, el médico puede sugerir la toma de fármacos como el acetato de fludrocortisona, así como de inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina.
Algunas terapias para disminuir la acumulación de sangre en las piernas, el aumento de sal en la dieta del paciente evitar estar de pie mucho tiempo, así como el consumo de mucho líquido.
Finalmente, en un caso de mayor riesgo se puede recomendar una cirugía para la introducción de un marcapasos eléctrico que regule los latidos del corazón de las personas que sufren síncope vasovagal.