El papel de un cuidador que a menudo implica dedicación casi total puede generar altos niveles de estrés y desgaste emocional, afectando la vida personal y bienestar de quien asume esta responsabilidad.
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Ante esta realidad, los expertos subrayan la importancia de establecer límites y practicar el autocuidado, pues solo así es posible ofrecer una atención de calidad sin comprometer la salud física y mental del cuidador.
¿Qué es el síndrome del cuidador?
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) define a los cuidadores como personas que por diferentes circunstancias toman la responsabilidad de ayudar a otra que requiera atención especial para actividades diarias como su alimentación y auxilio en sus necesidades diarias.
Sin embargo, en algunas ocasiones ya sea cuando se elige por decisión propia o por imposición de terceros, pueden llegar a experimentar mal humor, estrés y cansancio, sentimientos que creen cuando observan que los pacientes que asisten no tienen mejora luego de un tiempo.
“Cuidar a un adulto mayor puede tomar hasta 17 horas al día, de acuerdo con el grado de dependencia que presente o si tiene enfermedades que demanden un cuidado especial. Esa cantidad de horas obliga al cuidador a desatender otras esferas de su vida personal”, menciona la universidad.
¿Cómo prevenir el síndrome del cuidador?
El desgaste emocional que puede provocar llega a interferir en la vida del cuidador, por lo que antes de pensar en atender a alguien es primordial pensar en uno mismo, uno de los métodos que recomiendan los expertos es establecer tiempo de separación para sentir un respiro antes de regresar a las funciones cotidianas.
El tiempo libre que la persona sana tome puede satisfacer sus propias necesidades como comer, dormir, hacer actividades recreativas como dar un paseo o realizar ejercicio. Es común que al alejarse de sus responsabilidades llegue un sentimiento de culpa, sin embargo, se tiene que tomar en cuenta que el cuidado personal es indispensable para el cuidado de terceros.
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Además, se recomienda que cuando los pacientes cuenten con enfermedades neurodegenerativas como la demencia senil, el cuidado sea por parte de más de una persona o por instituciones debidamente capacitadas, ya que por la naturaleza del padecimiento las atenciones son mayores.
