Dicen que si alguien te ofrece una menta deberías aceptarla, porque si lo hace es quizá porque la boca te huele mal. El hecho de tener mal aliento puede provocar que nos dé pena, pero en muchos casos no deberíamos avergonzarnos.
Y es que la halitosis no siempre se debe a algo que comiste o a una mala higiene bucal, también puede ser causada por alguna enfermedad seria; por eso si alguien cercano a ti tiene mal aliento, es mejor que se lo digas, ya que la mayoría de las veces quien lo padece no lo sabe.
Aproximadamente un 30% de los pacientes mayores de 60 años han padecido o padecen en algún momento halitosis y con frecuencia lo desconocen, por la incapacidad de oler el propio aliento.
El 58% son informados por otros, un 24% lo han notado ellos mismos también, y en un 18% se dieron cuenta ellos solos, informan J. Fernández Amézaga y R. Rosanes González, especialistas en Medicina Familiar y Comunitaria de Madrid.
En muchos casos este problema se soluciona con la limpieza constante y adecuada: cepillarte los dientes y la lengua después de comer, usar hilo dental y beber mucha agua.
Si con esto no te deshaces de ese mal olor, es mejor consultar a un médico o dentista para asegurarte de que no sufras alguna enfermedad grave, aconsejan especialistas de la Clínica Mayo.
CAUSAS DE LA HALITOSIS
El mal aliento puede tener repercusiones sociales, como el aislamiento; económicas, por el gran consumo de productos de higiene dental, y sanitarias, por el posible retraso en el diagnóstico de una enfermedad grave, aseguran los doctores Fernández y Rosanes.
En el mejor de los casos, la causa puede deberse a algún alimento como cebolla o ajo, al cigarro o bien por las bacterias que se acumulan en los dientes al no cepillarlos bien.
Otras razones son: enfermedades de las encías, boca seca o caries, sinusitis u otros problemas en la nariz e incluso algunos medicamentos, según se detalla en la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE. UU.
Fernández y Rosanes advierten que el mal aliento también puede ser indicativo de enfermedades sistémicas severas, que necesitan un diagnóstico y tratamiento específicos y enlistan las posibles causas de la halitosis patológica:
•Gingivitis ulcerativa necrotizante o infección de Vincent: produce un típico olor metálico y evoluciona a una rápida gangrena de tejidos orales y faciales en personas debilitadas e inmunodeprimidas.
•Estomatitis y glositis resultante de enfermedad sistémica subyacente, gingivoestomatitis herpética, difteria, herpangina, por medicación o por déficit vitamínico. El mal olor se origina por las fisuras o tejidos desvitalizados y disminución del flujo salival.
•Causas ulcerativas: pénfigo, penfigoide, úlceras traumáticas o aftosas, infecciosas.
•Candidiasis oral: por el cambio de flora. Suele suceder en casos de infección por HIV, cáncer, diabetes, xerostomía, por uso crónico de antibióticos o corticoides inhalados.
•Faringe: infecciones víricas, bacterianas o fúngicas (herpangina, difteria, candidiasis, mononucleosis, estreptococo). Úlceras o cáncer faríngeo primario.
•Disfunción parotídea: está asociado a diferentes situaciones, como la parotiditis vírica o bacteriana, absceso parotídeo, sialolitiasis, tumor parotídeo o reacción medicamentosa, así como a enfermedades sistémicas: diabetes, alcoholismo, malnutrición, embarazo, sarcoidosis, leucemia, tuberculosis, enfermedad de Hodgkin o herpes.
Como puedes ver, son muchas las enfermedades que pueden provocar que una persona sufra de mal aliento. Por esto es muy importante que, si a pesar de mantener una buena higiene bucal percibes que tienes mal aliento constante o alguien te lo ha hecho saber, consultes a tu médico.