Hablar de una siesta suele simplemente asociarse con dormir, sin poner atención en detalles como los tiempos que se le destina, incluso acciones que son benéficas para esta actividad como tomar una taza de café suelen desconocerse, pues siempre se ha hablado de que la cafeína estimula el organismo y por consiguiente se ahuyenta el sueño, sin ir más allá.
Pues si bien ambas acciones implican darle una pausa al organismo para que este repose, lo cierto es que son completamente distintas por diversos motivos e incluso su finalidad no es la misma, por lo que a continuación te contamos los aspectos que debes considerar para que esta acción no deje de ser benéfica, además de los favores que puede tener el consumo de café.
¿Qué es una siesta?
De acuerdo con la Mayo Clinic, la siesta funciona como un método de relajación, ayuda a disminuir la fatiga y mantener un estado de alerta más intenso, así como mejorar el humor y el desempeño, aunque no es apropiada en cualquier momento del día, ni por periodos de tiempo prolongados, pues esto puede resultar contraproducente, principalmente en el proceso de sueño.
Sobre la mejor manera de tomar una siesta para aprovechar al máximo sus beneficios, las recomendaciones de este centro médico al respecto son:
- Tomar estos periodos de descanso por intervalos de máximo 20 minutos
- La siesta debe ocurrir en las primeras horas de la tarde, pues después de las 3 p.m. puede interferir con el sueño nocturno
- Se debe dormir en un lugar tranquilo y oscuro, con una temperatura cómoda y pocas distracciones
- Tras descansar la siesta de debe tener un tiempo para despertar antes de reanudar las actividades
Cabe puntualizar que los anteriores consejos pueden variar dependiendo de factores individuales, como las necesidades de sueño, la edad e incluso el uso de medicamentos.
¿Por qué se recomienda combinar la siesta con una taza de café?
Partiendo del entendido de que las siestas proveen de energía para continuar con sus actividades, efectos similares a los de la cafeína, investigadores japoneses se dieron a la tarea de analizar el tema en 2003, tras los que compartieron los resultados de su investigación en la revista especializada Clinical Neurophysiology, en los que se confirmaron los beneficios que tiene.
Según esta investigación, tomar una taza de café justo antes de la siesta trae consigo una serie de favores para la salud, al grado que incluso la llamaron “siesta de café” o “power nap”, pues esta acción combate una sustancia conocida como adenosina, que se produce por la actividad normal del cerebro y al acumularse se adapta a los receptores de las neuronas para ralentizar la actividad neurológica y provocar una sensación de cansancio.
Finalmente, la cafeína comenzará a evitar la unión de este compuesto con los receptores cerebrales 20 minutos después de consumir el café, es decir al terminar la siesta, proceso que resultará más beneficioso después de que el cerebro haya pasado por un periodo de descanso, debido a que los receptores estarán libres, lo que permitirá que la persona esté despierta por más tiempo.