Las verrugas regularmente son vistas con cierto recelo por la gente, por lo que muchos que las tienen prefieren ocultarlas sin prestarles la atención debida y es que si bien en la mayoría de los casos son simplemente protuberancias de la piel, otras más pueden ser una señal de alguna enfermedad mayor que debe ser tratada con prioridad por un especialista.
Y es que si bien en su descubrimiento simplemente se vieron como un problema estético, debido a que su apariencia no es muy grata para la vista, con el paso del tiempo y los avances en la ciencia se les comenzó a poner más atención, llegando a descubrir que por pequeñas que sean no deben ser manipuladas sin supervisión médica, por lo que aquí te contamos más al respecto de ellas.
¿Cuáles son los distintos tipos de verrugas?
Las verrugas son pequeños bultos glandulares en la piel, cuya textura es áspera al tacto, además de que suelen estar acompañadas de un patrón de pequeños puntos negros, los cuales son pequeños vasos sanguíneos con sangre coagulada, comúnmente pueden ser causadas por un virus e incluso llegan a ser trasmisibles por el tacto, pero en la mayoría de los casos suelen ser inofensivas.
Se dividen en cuatro tipos que son la verruga común que se caracteriza por tener el mismo color de la piel, la verruga plantar que es caracterizada por lesiones dolorosas en las plantas de los pies, las verrugas planas que se presentan como lesiones amarillentas ligeramente elevadas, así como las verrugas anogenitales cuyo estudio y tratamiento es distinto al resto de las verrugas.
Comúnmente son provocadas por el virus del papiloma humano (VPH) del cual existen más de 150 tipos, aunque comúnmente suelen transmitirse a través de lesiones en la piel, esto debido a que el sistema inmunitario de cada persona responde al VPH de forma diferente, además que suelen ser comunes en niños y adultos jóvenes por no haber desarrollado inmunidad al virus y personas con sistemas inmunitarios debilitados.
¿Cómo prevenir y cuidar las verrugas?
A fin de prevenir la aparición de verrugas una de las recomendaciones es evitar el contacto directo con ellas, incluidas las propias, no arrancarlas, además de no usar la misma lima de uñas, piedra pómez o alicate para las verrugas y la piel sana, así mismo se recomienda no morderse las uñas, además de ser cuidadoso con el aseo evitando cepillar, cortar o afeitar las áreas con verrugas.
Por otra parte, para poder diagnosticar una verruga pueden ser necesarios algunos exámenes como un raspado de la capa superior de la misma, así como la extracción de una pequeña sección; en lo que al tratamiento se refiere, pese a que las más comunes desaparecen solas, suele ser utilizado medicamento exfoliante, crioterapia, alguna cirugía menor y/o tratamiento láser.
Finalmente, cabe puntualizar que el tratamiento depende del tipo de verruga, pues puedes llevar desde unas semanas hasta meses, además de que no es existe una seguridad de que estas no volverán a surgir, pues existe la posibilidad de un rebrote, ya que la idea es destruir la verruga y estimular una respuesta del sistema inmunitario para luchar contra el virus.