Las videoconferencias se han vuelvo una opción de trabajo a distancia que es usado por millones de personas en el mundo, desde niños para comunicarse con amigos o maestros, hasta figuras políticas de todos los niveles. La confianza de trabajar desde casa ha puesto en el ojo del huracán a diversas personalidades, quienes han sufrido terribles descuidos y han mostrado de más a la cámara y a sus compañeros.
Es el caso de la senadora por Morena, Martha Lucia Mícher Camarena, quien sufrió un terrible desliz cuando participaba en una videoconferencia con sus compañeros durante la comparecencia que el gobernador del Banco de México realizó de forma virtual para abordar la situación económica del país.
Unas fotos que circulan en redes sociales, muestran a la senadora con el torso desnudo, y la cara de sus homólogos de impresión porque se le veían los pechos.
Al respecto, la integrante de la Cámara Alta respondió de una forma muy peculiar en la que resaltó su papel de madre y el respeto a su cuerpo.
“En una parte de la sesión, sin darme cuenta y mientras la cámara de mi computadora se encontraba encendida, me cambié de ropa mostrando mi torso desnudo. Continué participando en la sesión y gracias a una llamada de los senadores Alejandro Armenta Mier y Ovidio Peralta Suárez me percate de mi error”, explica
Agrega que desde su convicción feminista, las mujeres no tienen por qué avergonzarse de su cuerpos y ofrece disculpas a sus compañeros y todos los que vieron la transmisión en vivo.
“Soy una mujer de 66 años que ha amamantado a cuatro hijos, tres de los cuales hoy son profesionistas y hombres responsables, y me siento orgullosa de que mi cuerpo los haya alimentado: soy una mujer que ha militado en la izquierda por casi 40 años, y que ha ocupado diversos cargos públicos por mi férreo compromiso en la defensa de los derechos humanos de las niñas y las mujeres de este país; soy una mujer que no se avergüenza de su cuerpo, sino que lo quiere y lo cuida”.
La legisladora afirmó no sentirse apenada por mostrar por accidente parte de su intimidad porque justo la idea de que una mujer es “solo su cuerpo” es lo que ha permitido y fomentado la cosificación femenina contra lo que ha luchado.