En el marco del mes del orgullo LGBTIQ+, el diputado local de Morena, Carlos Evangelista Aniceto, presentó en el Congreso de Puebla una iniciativa que pretende sancionar de uno a tres años de cárcel a quien ejerza terapias de conversión que tengan la intención de modificar la orientación sexual o la identidad de género de las personas.
Este dictamen que fue avalado, por la Comisión de Procuración y Administración de Justicia, será discutido por los legisladores el próximo jueves 2 de junio, y se determinará si se le da luz verde para que de esta manera, se cambie el código penal del estado. Esto generó un debate entre grupos activistas y miembros de la sociedad civil.
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Estos procesos también denominados como Ecosing (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género), ya han sido prohibidos en otras entidades de la República, tal es el caso de Tlaxcala, Colima, Zacatecas, Yucatán, Baja California Sur, Edomex y la Ciudad de México, esto bajo el argumento de que atentan contra el libre desarrollo de la persona.
¿QUÉ SON LAS TERAPIAS DE CONVERSIÓN?
Son “tratamientos” con supuestas bases psicológicas, psiquiátricas o hasta espirituales que tienen el objetivo de cambiar la identidad de género o la orientación sexual. Por lo regular estas actividades son promocionadas y ejecutadas por colectivos religiosos, quienes, pese a los señalamientos científicos, consideran que se puede “curar” a la gente homosexual o transgénero.
Estas prácticas han existido desde hace muchos años, de acuerdo con los testimonios de las víctimas recolectados por grupos activistas y autoridades especializadas en la materia, se pueden identificar diferentes tipos, que van desde ciertos rituales católicos, cristianos o evangélicos, hasta métodos que conllevan electrochoques o consumo de sustancias nocivas.
TERAPIA RELIGIOSA
La más conocida es la terapia religiosa, en la que la víctima es llevada a un centro del clero, en el que realizan oraciones en su nombre, también hacen mesas de diálogo entre otros miembros LGBTIQ+, por lo regular la ingesta de alimentos está condicionada, e igual les dan pastillas que son utilizadas para tratar verdaderos desórdenes neurológicos, incluso, practican exorcismos.
ELECTROCHOQUES
Hay otras en las que ocupan estrategias que conllevan ataques por medio de electrochoques, en este caso, a una persona le muestran imágenes eróticas con gente del mismo género, y si muestran cierta atracción, reciben descargas electicas. Algo similar hacen al inyectarles altas dosis de adrenalina para que aumente su miedo y ansiedad.
CASTRACIÓN QUÍMICA
Igual está la castración química, en la que se proporciona medicamento que disminuye el lívido, la formación de hormonas y el apetito sexual. Se dice que los Ecosing han cambiado de nombre, pues se hacen pasar por supuestos centros de ayuda.
Así lo indicó Iván Tagle, activista por los derechos humanos y luego añadió que: “ahora se maquillan como grupos de superación personal o de autoapoyo”. Por otro lado, la senadora Citlali Hernández Mora, mencionó que estas prácticas benefician a un sector conservador que hace negocio con estas víctimas.
Estas prácticas se basan en premisas falsas que son altamente dañinas para los seres humanos, así lo afirmó Julia Marcela Suárez, directora de análisis legislativo y asuntos internacionales del Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (Conapred), quien destacó que: “alimentan un estigma negativo sobre la homosexualidad y finalmente eso se vuelve un caldo de cultivo para la homofobia”.
LA HOMOSEXUALIDAD NO ES UNA ENFERMEDAD
Uno de los principales argumentos para prohibir y castigar los Ecosing, es que no hay nada que curar, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS), quitó a la homosexualidad de su lista de padecimientos el 17 de mayo de 1990, aceptándola así, como una variación más de la sexualidad.
Cuatro años después, las Naciones Unidas indicaron que todos los países debían garantizar que ni la orientación sexual ni la identidad de género se convirtieran en un obstáculo para el pleno ejercicio de los derechos.
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“Los Estados partes deben cerciorarse de que las preferencias sexuales de una persona no constituyan un obstáculo para hacer realidad los derechos que reconoce el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. La identidad de género también se reconoce como motivo prohibido de discriminación", solicitaron.
Esto fue precedido por la exclusión de la homosexualidad del ‘Manual de Diagnóstico de los trastornos mentales’, de la Asociación Americana de Psiquiatría en 1973: “Los psiquiatras, en una encrucijada, declaran que la homosexualidad no es una enfermedad mental”. Con este titular lo reseñó The New York Times el 16 de septiembre de ese mismo año.
LAS TERAPIAS DE CONVERSIÓN SON INEFICACES: NACIONES UNIDAS
Los Ecosing son: “inherentemente discriminatorias, crueles, inhumanas y degradantes y que, según el grado de dolor físico o mental infligido a la víctima, pueden equivaler a formas de tortura”.
Así lo explicó el experto Independiente de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, Víctor Madrigal-Borloz, en su informe del 2020. El especialista destacó que no hay evidencia científica de que funcionen:
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“La práctica de las terapias de conversión no sólo es ineficaz, sino que también puede ser extremadamente dañina. Las terapias a menudo entrañan sensaciones de dolor y sufrimiento, (…) La combinación de los efectos de la humillación profunda y la sensación de impotencia genera sentimientos de vergüenza, culpabilidad, repugnancia de sí mismo”, refirió.