Antes de ir a dormir, Ruth Hamilton jamás imaginó que mientras descansaría un meteorito atravesaría su techo al grado de estar a punto de golpearla.
Esto ocurrió en Columbia Británica, Canadá, la noche del pasado 3 de octubre cuando el sonido de una lo que parecía una explosión alertó al perro de Hamilton, quien encendió la luz y dejó en evidencia el agujero que quedó en el techo.
Sin saber lo que había sucedido, la mujer de 66 años pensó que un árbol había caído sobre su casa, pero al percatarse que ningún árbol presentaba desperfectos decidió llamar al 911, momento en el cual se percató que un objeto de grandes dimensiones color carbón se encontraba entre sus dos almohadas.
Tras la llegada de especialistas a su hogar, Ruth supo que la roca de 1.27 kilos de peso era un meteorito, mismo que le rozó por la cabeza al grado de que le dejó restos de yeso en la cara.
Pero este suceso no sólo se quedó en la experiencia de una ama de casa, sino que también ha dado la oportunidad a la ciencia de estudiar una roca espacial, pues regularmente identificar estos objetos tras su caída en la tierra es complicado.
Pero el suceso también alertó a otros canadienses que escucharon dos fuertes estruendos y vieron una bola de fuego cruzar el cielo, incluso algunos investigadores afirmaron que hubo quienes captaron el fenómeno en video.
¿ES COMÚN QUE ESTOS OBJETOS IMPACTEN LA TIERRA?
De acuerdo con los especialistas, los meteoroides viajan hacia la Tierra cada hora todos los días, pero sólo cuando son los suficientemente grandes sobreviven al viaje en la atmósfera terrestre y logran aterrizar y se convierten en meteoritos.
Sobre la dificultad del hallazgo de alguno de ellos para su estudio se debe a que algunos son coleccionados por la gente, otros terminan en museos, otros más terminan en ventas por internet e incluso unos más en jugosas subastas.
En 1982, un meteorito de casi tres kilos se estrelló en una casa de Wethersfield, Connecticut, en aquella ocasión atravesó los techos del segundo y el primer piso, entró en el salón y rebotó a través de una puerta hasta llegar al comedor.
Finalmente en 2020, un fabricante de ataúdes indonesio se vio sorprendido por un meteorito de dos kilos que atravesó su techo, aunque las probabilidades de que un meteorito entre en casa de alguien y golpee su cama en un año determinado son de una entre 100.000 millones.