De un tiempo a la fecha, los perros han dejado de ser un “gusto” para los más pequeños de la casa y para convertirse en parte importante de las familias, al grado que llegan a dormir al interior de las viviendas, se encuentran considerados dentro de las compras del supermercado e incluso al momento de salir de paseo o vacaciones no se quedan en casa y también forman parte de la aventura.
Pero el tomar esta determinación no se debe tomar a la ligera, pues se deben contemplar diversos aspectos antes de iniciar la aventura, pues, aunque la cultura petfriendly cada vez va ganando más terreno, aún existen sitios en los que el ingreso a estos fieles amigos se encuentra prohibido, además de otros aspectos que se deben considerar para asegurar el bienestar del can.
¿Qué impedimentos se deben considerar al viajar con un perro?
Uno de los primeros obstáculos que se deben considerar es el transporte, pues en caso de no tener un vehículo particular, algunos medios de transporte no permiten el traslado de los animales en la zona de pasajeros y los envía a la zona de equipaje, lo que puede poner en riesgo las condiciones del perro, pues puede encontrarse sometido a una falta de oxígeno y altas temperaturas.
Por otra parte, si el transporte se encuentra resuelto, el consejo es tomar en cuenta el alojamiento, pues debido a que no es común el hospedaje dog friendly, por lo que se debe considerar con antelación el punto al que se va a llegar, asegurando que el can sea bien recibido, teniendo conocimiento también del costo de este para evitar sorpresas al llegar al destino.
¿Cuáles son las recomendaciones para viajar con un perro?
El principal consejo radica en planificar la salida con anticipación, considerando todos los aspectos desde que se ponga un pie fuera de casa y por lo menos hasta llegar al lugar en el que se descansará durante el periodo de descanso, considerando los temas de transporte, hospedaje, recreación e incluso alimentación, siempre leyendo las letras pequeñas de estos sitios.
El siguiente paso es revisar en más de una ocasión que no falte nada en la maleta, con referencia tanto de pertenencias del dueño como del can, siempre que sea posible trasladarlas como una cama portátil y algunos juguetes, incluido el traslado de un botiquín, además de informar al veterinario las características del lugar a visitar para saber si existe algún riesgo con el traslado del perro.
También es importante tener a la mano el contacto de un cuidador o un guía de turista que pueda ayudar a un recorridos seguro tanto para el can como para su amo, además de que se recomienda evitar las multitudes, pues estas estas pueden causarle conflicto a los peluditos amigos, haciéndolos caer en una situación de estrés y ocasionando que pueda enfermar.
Finalmente, la recomendación es en caso de viajar con grupos de amigos o familia, avisar que se realizará la travesía con el perro, pues pueden existir algunas personas que tengan una alergia al pelo o sustancias que estos seres despiden o simplemente no sea de su agrado viajar con ellos, evitando que se pueda desencadenar un problema durante el viaje.