Aunque hasta hace no muchos años la mayoría de las personas miraban con cierto recelo a quienes tuvieran algún tatuaje, hoy en día el utilizar tu piel como un lienzo para plasmar una frase, nombre, dibujo o pintura que te defina, o simplemente que te guste, es algo muy común.
Es como ir a teñirte el cabello o comprar algún accesorio, solo que en este caso lo “usas” a diario y, si bien cada vez más gente se anima a soportar el dolor que implica el que una aguja plasme en tu piel la figura elegida, no cualquiera es bueno para realizarlos.
Por si ya te estás animando a hacerte ese tatuaje que te da vueltas en la cabeza desde hace tiempo, pero no has decidido con quién ir a que te lo haga, aquí te presentamos a cuatro excelentes artistas de la aguja y la tinta.
ERIKATRINA TATTOO ARTIST
Erika Huerta lleva 8 años dedicada a este arte y cuenta con licencia de tatuadora vigente. Desde niña le gustaba dibujar, pero no le pasaba por la mente el llegar a ser tatuadora; a los 16 años conoció a un tatuador en un taller de pintura y por mucho tiempo él le insistió que se animara a hacerlo.
Por fin a los 21 años realizó el primero y desde ese momento supo que eso era a lo que quería dedicarse toda su vida, pues de esta forma podría crear galerías humanas. Su nombre artístico es Erikatrina, ella crea sus piezas con una fusión de varios estilos, con base en el realismo; le gusta que destaquen contrastes muy altos o colores sólidos muy brillantes.
El estudio en que trabaja es privado, se puede acceder solo por cita. El costo mínimo es de 1000 pesos y para realizar los tatuajes se llevan a cabo todas las medidas de higiene y prevención necesarias, tanto las aplicables antes de la pandemia, como las indicadas por las autoridades para prevenir contagios por Covid-19.
ZITA PINK MAGICAL TATTOO
Zita Carrera es conocida como Zita Pink y lleva 4 años como tatuadora profesional. Desde niña siempre estuvo en contacto con el arte; ha hecho dibujo, ilustración, fotografía y tiene una licenciatura en cine. Su especialidad son los tatuajes full color en estilo “kawaii”, de temas como anime, personajes de la cultura japonesa y cine “cute”.
Hace algunos años compró su primera máquina y comenzó a aprender a tatuar con ayuda de amigos que le enseñaron lo básico, después siguió por su cuenta. Le apasiona tatuar porque se requiere disciplina y dedicación, además, le llena el poder crear algo bello, que su cliente llevará consigo toda la vida.
Trabaja en Kraken Tattoo Studio, ubicado cerca del Museo Amparo, donde se utilizan medidas de higiene muy estrictas, todo el material es nuevo, desechable, esterilizado y de la mejor calidad, para garantizar un trabajo profesional e higiénico. El precio mínimo por un tatuaje es de 600 pesos.
HACHEHYDE
Hayde Chávez Sánchez es mejor conocida como Hache, lleva 8 años tatuando de los cuales 6 son profesionalmente. Su comienzo en esta actividad fue diferente a la mayoría de los tatuadores, ya que ella no dibujaba desde pequeña ni estudió diseño o artes gráficas… en su caso fue circunstancial y un poco difícil, porque no conocía nada del medio.
A pesar de ser todo un desafío, cuando empezó a investigar y leer más se enamoró de la historia del tatuaje, del reto que representa entender la idea del cliente y plasmarlo en la piel; asegura que la confianza que le brindan las personas y todo el proceso es bastante enriquecedor, sobre todo por su cara de felicidad cuando ven terminado su tatuaje.
Aún está en busca de su estilo, pero disfruta mucho hacer piezas con líneas, tradicionales, neotradicionales, ornamentales. Ella forma parte del equipo de la Av25tattoo, donde se trabaja por cita; la mesa se limpia y desinfecta, todo el material es nuevo, desechable y es revisado por el cliente. El precio mínimo de los tatuajes es de 700 pesos.
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STYILO NAVARRO
A José Gabriel Navarro Rivera lo conocen en este ambiente como Styilo Navarro. Empezó por simple curiosidad con una máquina casera que armó junto con su hermano, viendo un tutorial de YouTube y para practicar regaló muchos tatuajes; obviamente le quedaban mal, pero decidió dedicarse a este arte de tiempo completo desde que lo atrapó el primer tatuaje que hizó.
Styilo dice que se sentía muy “chido” ver la cara de alegría de las personas que tatuaba y eso lo motivaba a seguir; sabía que no era bueno, pero insistió, pues algún día tenía que mejorar. Con el tiempo empezó a cobrar y decidió tomarlo como su trabajo.
El estilo que más le piden es Blackwork, además de fine line, que consiste en líneas muy fina. El costo mínimo de un tatuaje es de 600 pesos. Su estudio se encuentra frente al INE de Plaza Dorada y ahí trabaja con estrictas medidas de higiene, se cubre con plástico toda el área donde se va a trabajar, se utiliza equipo nuevo y desechable.