Desde hace unos años a la fecha, diversas marcas y empresas han optado por darle un papel importante a los influencers, debido a la cantidad de seguidores que tienen en las redes sociales, sin detenerse a ver más allá de números y determinar si su estrategia es correcta o incluso sin investigar un poco más acerca de estos personajes.
Recientemente una empresaria decidió “desenmascarar” la manera de operar de estas figuras e incluso señaló que los influencers terminan convirtiéndose en “ciberedecanes”, pues sólo modelan las diversas marcas con el objetivo de obtener un pago sin conocer si quiera los productos.
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EVITA DENUNCIA A INFLUENCER POR NO ARRIESGAR EL SITIO DE SU EMPRESA
Fernanda Gotte tuvo que poner en una balanza el mantener en la red la cuenta de su empresa por sobre el evidenciar la estafa que había sufrido luego de contratar a una influencer con un número superior de seguidores que los que su compañía para anunciar su marca.
Tal era el miedo de que la señalada tomara repercusiones contra la red social de su negocio, que la mujer desistió en su momento de exhibir el fraude de la que había sido víctima, pero recientemente a través de la plataforma de Tik Tok optó incluso en nombrar a todas estas personalidades como “ciberedecanes”.
A través de la cuenta @fernandargotte la mujer compartió un video con la leyenda “Story time: una de las influencers más famosas de Monterrey me robó $6,000 pesos”.
En la grabación de tan sólo tres minutos, pese a que prefiere no compartir el nombre de la acusada, apunta a que la historia se remonta al año 2020 cuando al comienzo de la pandemia, cuando Gotte buscaba darle publicidad a su marca en Instagram, por lo que eligió a dicha influencer que incluso se encontraba dentro de sus favoritas.
Tras contactarse con ella por mensajes de esta red social, la “famosa” indicó a la empresaria que se comunicara con un supuesto manager, que tiempo después le compartió los costos por sus servicios, la historia continúa mientras a través de textos en el mismo video evidencia la manera tan fácil en la que estos personajes promocionan algo sin conocer en muchas ocasiones el producto y su calidad.
De acuerdo con lo acordado, la mujer sólo subiría dos historias de Instagram, con diferencia de dos semanas, haciendo mención de la marca, sin necesidad de recibir ningún producto e incluso sin visitar el establecimiento, paquete que tenía un costo de 6 mil pesos y para el cual hasta envió un formato de guion, en el que se iban a establecer las líneas a mencionar en el video.
Pese a que la empresaria sólo pidió que ofertara determinados productos y se invitara a la gente a visitar el local, llegado el día de la publicación, la influencer amplió la historia indicando incluso que su propia madre había visitado esta tienda para verificar la calidad de los productos, historia que era completamente falsa, pues ni siquiera tenía conocimiento de la empresa.
La mujer indicó que si bien habló maravillas de su negocio, la celebridad ni siquiera había visitado su establecimiento, por lo que pidió no creer en todo lo que circula en la red, pues regularmente las recomendaciones de un producto o servicio por parte de estos personajes, se dan por un pago de por medio.
Pero el problema no fue ese, sino que llegó después de que a la media hora de publicado el contenido, la señalada lo bajara de su cuenta, ante lo que Fernanda la cuestionó y sin contestarle la dirigió con su supuesto manager quien argumentó que “no le gustó el material”, por lo que le prometieron regresarle su dinero.
Pasado un mes, mediante una captura de pantalla aparentemente editada le dijeron que le habían devuelto el recurso, cosa que el banco desmintió, pero debido a que la influencer tenía más de 80 mil seguidores y la empresaria sólo 20 mil, decidió no correr el riesgo de contar su historia en redes sociales, pues afirma que en venganza la acusada podía llamar a sus seguidores a reportar la cuenta de la quejosa y la red social optaría por vetarla.
El video concluye recomendando a los internautas no creer en los influencers, pues sólo son actores, además de señalar que no volverá a trabajar con una personalidad de la red y que dejó de ser fan de la estrella cuya personalidad se desconoce.
A la queja se han sumado otros emprendedores, en su mayoría diseñadores, que afirman que han vivido malas experiencias con influencers, pues al enviar atuendos a estas figuras para realizar la promoción de sus prendas, terminan siendo estafados al ver estas piezas perdidas, pues los famosos de la web no las regresan.
Finalmente, los expertos en mercadotecnia y comunicación han destacado la importancia de regular la manera de comunicar mediante las redes sociales, principalmente de la mano de los influencers, a fin de frenar las malas prácticas que afectan tanto a empresarios como a consumidores.