Seres pequeños habitando una gran mansión, son los protagonistas de la leyenda que recorre el inmueble ubicado en la Avenida Juárez 1702, de la zona esmeralda de Puebla, conocido como la Casa de los Enanos.
A lo largo del tiempo se ha especulado mucho en torno a esta construcción de estilo francés que, se dice, fue residencia de una familia de enanitos que se recluyeron para evitar la burla de la gente, de ahí que recibiera su nombre.
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Pero también se ha dicho que esta casa conectaba en el subterráneo con los túneles de Puebla, mientras otros han asegurado que en una de las habitaciones de la casa, está la puerta al infierno.
Como toda leyenda, a esta narración popular se le han dado toques fantásticos y ha sido transmitida por generaciones de forma oral, ¿quieres conocer su historia?
LA HISTORIA VERDADERA
Se dice que la Casa de los Enanos, fue construida en 1890 por los Giacopello, migrantes italianos que la habitaron hasta que, por razones desconocidas, una de las hijas de la familia se quitó la vida en el despecho, y después la casa fue abandonada.
Lo qué si sabemos a ciencia cierta, es que esta mansión estilo porfiriana, fue adquirida por el español (gallego) Rogelio Rodríguez Sáenz en 1930. Después de 10 años de haber llegado a la Angelópolis y haber hecho fortuna como empresario textil.
Rodríguez, se caso con la profesora Carmelita Jiménez y procrearon tres hijos, de los cuales sobrevivieron dos: Rogelio y Milagros Rodríguez.
Cuando Carmelita enviudó, ella se hizo cargo de la familia, pero las fábricas textiles que tenía el esposo quebraron. Entonces se volvió una persona reservada y de pocas amistades. Solo tenía contacto con sus hijos, los nietos y la servidumbre a quien tenía bien aleccionada.
A la abuela no le gustaba que los nietos jugaran dentro de la casa así que ordenó al ebanista crear muebles pequeños para ellos y colocarlos en el jardín para que ellos juagaran ahí.
Pero a la gente le causaba mucha curiosidad conocer el interior de la casa porque la reja del exterior, por la cual se vislumbraba el hermoso jardín, fue cubierta con una lámina para evitar que se viera el interior de la casa desde el exterior.
Esto solo despertó el interés de las personas que, como podían, se asomaban y lo único que alcanzaban a ver eran los pequeños muebles de los nietos en el jardín…y de ahí surgió la leyenda de la Casa de los Enanos.