Adriana Villarreal es una mujer que se hizo famosa luego de mudarse al cementerio en donde sepultaron a su esposo. Ella detalla que su muerte la dejó muy deprimida, por eso buscó la forma de estar cerca de él, fue así que pensó en esta idea; aquí vivió por mucho tiempo hasta que las autoridades la descubrieron.
La historia ocurrió en Argentina, en la provincia de Misiones, dentro de la colonia Delicia. Su caso no es reciente, ya que el reporte fue liberado en el 2012, pero diez años después se hizo viral, y le dio la vuelta al mundo, en especial porque el espacio en el que se refugió contaba con todos los servicios necesarios.
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Ella dijo que el corto periodo que vivió en México, le sirvió para entender que la muerte no representa la pérdida total de un ser querido, por eso añadió que al hacer esto sentía que la presencia de su marido la acompañaba. Al final no le permitieron que se quedara aquí porque interfería con las demás visitas.
LA HISTORIA DE LA VIUDA QUE VIVÍA EN EL PANTEÓN
El 16 de junio del 2010, el esposo de Adriana, Sergio Raneé Yede, falleció a los 26 años, se informó que los hechos de su muerte no fueron esclarecidos, algunos rumores indican que se suicidó, pero ninguna teoría ha sido desmentida o asegurada por los especialistas.
En ese momento ella tenía 40 años, este suceso la cambió por completo, ya que lo consideraba una pieza fundamental de su vida. Lo sepultaron en el cementerio Dos de Mayo, y desde inicios del 2011 comenzó a visitar su tumba a diario.
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Durante estos trayectos transportaba materiales para construir, la mayoría de ellos improvisados, un día los vecinos del lugar dejaron de ver como entraba. Hasta que un dos años después los visitantes se quejaron porque la música emitida de una vivienda que estaba dentro del Campo Santo no los dejaba estar tranquilos.
De esta forma, la acusaron con la policía, cuando llegaron se dieron cuenta que dentro del domicilio la mujer tenía luz eléctrica con su propio medidor, cocina a gas, televisión, equipo de audio, cama y una computadora con internet. No permitieron que siguiera ahí, y se marchó.
LA RESPUESTA DE ADRIANA VILLARREAL
En el año 2012, la viuda fue contactada por el medio Radio Libertad, la entrevistaron sobre su experiencia y cómo llegó a tomar esa decisión. Los reporteros le preguntaron si no le daba miedo estar en un panteón sola, a lo que contestó que la gente debe temer más a los vivos que a los muertos.
Fue así, que sñaló que su unión con Raneé era muy importante: “Cuando la persona fallece no fallece el alma, sino solo el cuerpo físico, cuando se ama mucho al hombre uno puede hacer ese tipo de cosas. Mi marido se merece eso y mucho más era una persona muy buena, todo lo que puedo hacer por él es poco”.
Agregó que, tras su pérdida, no tenía en donde quedarse cuando venía a visitar la tumba de su pareja, algo que le complicaba hacer esta actividad, por eso pensó que al construir un espacio seguro al que llegar todo sería menos complejo.