Las compras dentro de los supermercados por lo regular son transacciones seguras, ya que se realizan en un lugar establecido y vigilado, pero hay ocasiones que ni estas medidas aseguran el bienestar de sus clientes.
Este fue el caso de Lesleigh Nurse, una mujer originaria de Alabama, Estados Unidos (EE.UU.) quien nunca se imaginó que comprar ese día en Walmart iba a cambiar su vida. Algo que al principio pudo haber sido una amarga experiencia se convirtió en un final feliz.
Con motivo de las fiestas de fin de año acudió a realizar sus compras en esta tienda de autoservicios, adquirió 11 artículos en total, dentro de los que se encontraban luces navideñas, pan, leche y cereal, en total pagó en la caja $48 dólares, que son un aproximado de mil pesos.
Al salir escuchó la voz de alguien que le pedía detenerse, volteó y se dio cuenta que era el mismo gerente del lugar quien la llamaba, muy molesto le pidió pagar por los artículos que supuestamente se había hurtado.
Fue trasladada a un cuarto dentro de los almacenes en donde la retuvieron, en un inicio ella no se preocupó, pues estaba segura de que todo era un gran mal entendido y que se podía solucionar de manera sencilla.
Las cosas no terminaron aquí, los encargados no quisieron escuchar su testimonio en ese momento, e ignoraron las pruebas que ella expuso para comprobar que no estaba robando. Es así que la tienda amenazó con demandarla si no les pagaba $200 dólares.
El supermercado pasó su caso con el cuerpo de abogados de Florida Palmer, Reifler & Associates, quienes fueron los encargados de hostigarla durante varios meses mandándole avisos a su casa para que diera la cantidad que le habían solicitado o procederían de otra forma.
¿CÓMO GANÓ EL JUICIO EN CONTRA DE WALMART?
Esto ocurrió en el 2016 y a pesar de que desistieron un año después, ella comentó que fue una temporada muy difícil, porque ellos le habían robado su tranquilidad por mucho tiempo. Esto la inspiró para presentar su propia demanda en contra del comercio.
Alegó que esta sucursal de Walmart comenzó a realizar falsas acusaciones en contra de ciudadanos que no habían infringido ninguna norma, para poder sacarles dinero a cualquier costo a través de la intimidación.
Nurse dijo que durante este proceso el establecimiento no presentó a sus dos supuestos testigos, también se negó a mostrarle las cintas de seguridad que detallaban el momento que ella aparentemente había cometido el robo.
Inició el juicio en el 2018, pero se retrasó por la pandemia causada por la Covid-19 y fue hasta estos días que se anunció la resolución; ella ganó y el supermercado tuvo que pagarle la cantidad de $2.1 millones de dólares.
Hasta el momento la tienda asegura que ellos tienen la razón. Así lo señalaron en un comunicado oficial en el que destacaron: “Seguimos creyendo que nuestros asociados actuaron de manera adecuada.”