En un mundo cada vez más agitado y demandante, el Yoga emerge como un oasis de calma y bienestar para personas de todas las edades y condiciones físicas. A menudo, está malentendido como una práctica exclusiva y costosa, pero el Yoga en realidad ofrece una serie de beneficios accesibles que pueden transformar la salud física y mental de cualquier individuo.
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El Día Mundial del Yoga se celebra el 21 de junio de cada año. Esta fecha fue establecida por las Naciones Unidas en el año 2014, luego de una propuesta del primer ministro de India, Narendra Modi, quien destacó la importancia del Yoga como una práctica beneficiosa para la salud física y mental.
El 21 de junio fue elegido porque coincide con el solsticio de verano en el hemisferio norte, el día más largo del año, simbolizando la unión entre la mente y el cuerpo, la humanidad y la naturaleza. Es por ello, que este día, El Sol de Puebla compartirá los beneficios de esta antigua práctica, ya que es un medio para mejorar la salud, promover la paz y la armonía.
¿Qué es el yoga?
En entrevista con este medio, Andrea Contreras, creadora del proyecto “Mi Luna Menguante” y maestra de Yoga, explicó que es una disciplina milenaria que combina posturas físicas, técnicas de respiración y meditación para promover el equilibrio entre el cuerpo y la mente. Más allá de ser simplemente un ejercicio físico, fomenta la conexión interior, reduciendo el estrés y mejorando la flexibilidad, fuerza y equilibrio.
“Es un estilo de vida, es una filosofía, en donde más allá de la práctica y el movimiento del cuerpo, es una conexión con el todo. El Yoga está conformado por ocho ramas y lo que tú ves de posturas es el caminito del Yoga (…) ayuda en muchas cosas, tanto físicamente, porque movemos el cuerpo, pero también trabajamos el cuerpo mental y el emocional (…) mentalmente porque estamos concentrados en la respiración lo que busca la mente es calmarse”, indicó.
Los beneficios para el cuerpo son bastos, una de las mayores fortalezas del Yoga es su capacidad para adaptarse a las necesidades de cada persona, sin importar la edad o condición física. Desde niños hasta adultos mayores, todos pueden beneficiarse de sus efectos positivos. Las posturas ayudan a fortalecer los músculos, mejorar la flexibilidad de las articulaciones y promover una buena postura, lo que es crucial en una era dominada por el sedentarismo y las largas horas frente a pantallas.
“El cerebro siempre está trabajando, está buscando qué hacer, porque para eso fue creada la mente, para crear. Entonces cuando tú practicas Yoga, calma las fluctuaciones de la mente (…) el Yoga no es una práctica fitness, no es el objetivo bajar de peso y marcarte, sin embargo, hay muchos estilos de yoga que requieren fuerza, resistencia, flexibilidad, entonces el alumno puede elegir qué tipo de actividad desea y convertirse en el ejercicio idóneo a sus necesidades”, expuso.
Mitos desmentidos
Contrario a la creencia popular, el Yoga no es exclusivo de gimnasios de lujo ni requiere equipo costoso. Puede practicarse en casa con una simple esterilla, y existen numerosos recursos en línea y clases comunitarias accesibles. Es una actividad inclusiva que promueve el bienestar sin discriminación económica, siempre va a depender del lugar y con la persona que se desee tomar la clase.
La invitación de Andrea es que se informen y acudan al lugar que esté certificado y más cerca de sus domicilios. Al buscar un maestro de yoga, es importante considerar varios aspectos que pueden influir en su experiencia y progreso en la práctica. Por ejemplo, la experiencia y formación, el estilo de Yoga, ya que hay desde el hatha tradicional hasta el vinyasa dinámico, el yin yoga, entre otros.
Un buen maestro de yoga debe enfatizar la seguridad y la correcta alineación en las posturas. Esto es crucial para prevenir lesiones y asegurar que obtengan los beneficios máximos de la práctica. Además de observar el ambiente que crea el maestro durante las clases. Debe ser acogedor, respetuoso y positivo, promoviendo un espacio seguro.
Al preguntarle acerca de las edades idóneas para entrar al mundo del Yoga, respondió que su belleza radica en su versatilidad y adaptabilidad. Desde niños que aprenden a concentrarse y relajarse hasta adultos mayores que buscan mantener la movilidad y mejorar la calidad de vida, el Yoga ofrece beneficios tangibles para cualquier persona que esté dispuesta a explorar esta práctica ancestral.
“Esta práctica no tiene edad, hay Yoga Kids, es decir, que desde muy chiquitos pueden practicarlo. Incluso hay Yoga prenatal, las mujeres embarazadas pueden practicar Yoga para que el bebé pueda sentir estos movimientos, hay Yoga restaurativo para las personas que tienen problemas de movilidad. No está restringido para nadie, es para todos y no es caro, en algún momento cuando se occidentalizó, sí se volvió una práctica exclusiva, pero hoy ya es muy accesible”, respondió.
Otro de los mitos que hay es que, si nunca lo han practicado o si llevan una vida sedentaria, van a lastimarse. En este punto indicó que eso es una mentira y al contrario, muchas de las personas que llegan, es porque fue una recomendación de sus médicos por problemas lumbares, por accidentes, cirugías de abdomen, entre otros.
“El Yoga es un proceso y hay posturas para todos, no debes de tener un cuerpo perfecto, no debes de tener la mejor estabilidad o flexibilidad, tú la vas a ir desarrollando a tu tiempo y a tus posibilidades”, puntualizó.
Andrea comenzó en este mundo gracias a una clase que le ofrecieron en un gimnasio, la tomó, le gustó y se dio cuenta que necesitaba ir a un lugar especializado en el tema. Después de estudiarlo, se dio cuenta que fue “un regalo de la vida” y jamás lo soltó, empezó a certificarse para dar clases y de ahí nació su emprendimiento: Mi Luna Menguante, un lugar en donde hacen ceremonias holísticas, thetahealing y yoga.
Comenzó como un hobby en Instagram en donde escribía frases, pero con el tiempo, una de sus profesoras le sugirió mostrar su cara, lo hizo, empezó a hacer vídeos y su sorpresa fue que muchas personas estaban interesadas en lo que hacía y el mundo espiritual que ofrecía.
“Seguí estudiando, porque no sólo es una certificación y estoy feliz con ello, me gusta compartir, estar al servicio y es lo que a mí me llena (…) con Mi Luna Menguante fui confirmando que este era mi camino y mi vocación. Los invito a que nos sigan en Instagram y Facebook, ahí podrán encontrar todo lo que hacemos, talleres y eventos”, concluyó.
En resumen, el Yoga trasciende las barreras físicas y económicas, siendo una herramienta invaluable para mejorar la salud y el bienestar general. Es un llamado a todos, sin importar la edad o la situación, a explorar una forma de ejercicio que nutre tanto el cuerpo como el alma.
