LAS VEGAS. Ya sea en yates para el placer o en buques de carga, la navegación asistida y autónoma mediante Inteligencia Artificial (IA) está ayudando a los capitanes a prepararse para ver puestas de sol o simplemente para atracar en puerto sin un rasguño.
En la feria de tecnología CES en Las Vegas -a la que asisten más de tres mil 200 compañías, según el sitio web del evento- fabricantes de la industria náutica están poniendo gran énfasis en tecnologías de inteligencia artificial para embarcaciones de múltiples usos.
“En el agua, cuando hay viento, corrientes, algunas olas, el bote no se queda en su lugar, siempre debes compensar”, dice Johan Inden, presidente de la división marina de la compañía sueca Volvo Penta, que ofrece prototipos capaces de estacionar embarcaciones presionando un botón o con sistemas asistidos.
La compañía estadounidense Brunswick lanzó un prototipo que ofrece la mejor trayectoria para ingresar a un puerto o encontrar espacio para atracar sin la intervención humana.
Avikus, de Hyundai, busca maximizar el placer de navegar con un sistema que posiciona el bote de manera ideal para tomar el sol, o que encuentra el mejor punto para ver el atardecer a tiempo.
El objetivo, según Carl Johansson, es proveer ahorro de combustible, seguridad y “paz mental”.
HD Hyundai, que reveló en el CESun proyecto que recopila datos de navegación, afirma que su software es capaz de frenar un barco si su puerto de destino está congestionado.
Si bien un escenario donde las embarcaciones naveguen sin tripulación es todavía esquivo, muchas herramientas pueden proveer información valiosa sobre rutas, situación climática o estado y mantenimiento de las máquinas.
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El creciente fomento de la navegación autónoma recientemente ha ayudado a que la Organización Marítima Internacional (IMO) trabaje en el establecimiento de normas, dice Rudy Negenborn de la Universidad Delft en Países Bajos.
Aún está prohibido operar botes autónomos en aguas internacionales y no se espera que nuevas regulaciones lleguen antes de 2028.
En cualquier caso, “siempre habrá un humano en algún lugar”, dice Negenborn.
Sea un marinero haciendo seguimiento desde una computadora o un supervisor en tierra gestionando embarcaciones.