El copropietario de la clínica de fisioterapia Life & Move, Mario Alberto Monsalvo Medina, tuvo que adaptarse a las circunstancias para generar ingresos durante la pandemia. Se puso a hacer muebles, lo que también lo llevó a emprender el negocio de fletes.
Fisioterapeuta de profesión, el joven empresario de 31 años tuvo que cerrar la clínica justo al año de haberla inaugurado junto con su socio, un amigo de la niñez. Y aunque también se dedicaba a atender pacientes a domicilio, la mayoría de ellos son personas de la tercera edad que se resguardaron en sus casas con más ahínco.
Mario vive en pareja con Jazmín, madre de dos niñas, quien desafortunadamente perdió su empleo como administradora de un hotel. La situación no pintaba nada bien y había que comer, mantener la casa y a dos mascotas, pagar el coche, etcétera.
“Con la pandemia nos hemos dado cuenta que aunque tengas un negocio el dinero no lo tienes en la bolsa y lo tienes que salir a buscar para seguir ingresando a tu casa y sobrevivir”, advierte.
Un sábado en la noche la pareja se sentó a platicar para encontrar una solución y se decantaron por el bricolaje, algo en lo que Mario tenía experiencia porque cuando montó la clínica él se encargó de arreglar instalaciones eléctricas, pintar e incluso los muebles necesarios con ayuda de Jazmín.
“Nos endrogamos y compramos la herramienta específica para hacer los muebles e hicimos un catálogo con fotos que encontramos en internet y que sabíamos que eran muebles que podíamos hacer. Sinceramente nos salieron mal los precios porque no contemplamos ciertas cosas pero a través de las redes sociales nos dimos a conocer de manera exponencial y nos empezaron a hacer pedidos ”, señala.
Empezaron a hacer repisas, cajoneras, escritorios, closets y un día les pidieron una alacena muy grande y entonces se cuestionaron como la trasladarían. Había que pagar un flete o mudanza y compartir la ganancia.
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Mario se puso a buscar y encontró en internet un remolquito que puede jalar con su propio auto, le permite trasladar las maderas que compran para hacer los muebles y entregarlos a los clientes. Pero ¿por qué tenerlo parado si lo puede poner a trabajar? se dijo, entonces se le ocurrió ofrecer fletecitos que pueden costar desde 200 pesos y han sido muy solicitados, incluso por familias que han tenido que cambiarse de casa.
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La clínica volvió a abrir sus puertas y los pacientes de la tercera edad están regresando, hoy él está tranquilo porque sabe que si no tiene trabajo como fisioterapeuta, le pueden pedir un mueble o un servicio de fletes. Contacto: 222-612-2796