Frente al alza de precios en los alimentos del mar, así como la llegada de las altas temperaturas al país, vendedores de pescados y mariscos de Puebla recomiendan vigilar minuciosamente que los productos consumidos en esta Cuaresma cumplan con los lineamientos indispensables de calidad, que van desde textura, color, hasta buen olor.
Durante esta temporada de Cuaresma, donde feligreses católicos evitan el consumo de carnes rojas, según sus creencias, propietarios de comercios de la calle 16 Poniente, en Puebla capital, que es conocida por la tradicional venta de productos del mar, comparten una serie de consejos para que los compradores hagan rendir su dinero y cuiden su salud, especialmente por la fragilidad que tienen estos perecederos de pudrirse.
Eleazar González, presidente de la Unión de Pescaderías y Marisquerías del estado de Puebla, recomienda verificar que los alimentos sean de origen nacional, pues los importados suelen ser menos frescos, y eso puede comprometer su calidad.
Por otra parte, advierte que la imitación de productos del mar, pese a ser una práctica poco común en la entidad, puede darse en cualquier momento. Uno de los alimentos más susceptibles a esto, remarca, es el filete de pescado, que en otros años se sustituía por otros similares, pero que eran provenientes de China, y que eran de menor calidad, costo y tamaño.
Uno de los pescados más susceptibles [a la imitación] es el filete (...) Hace muchos años, incluso, se comentó que entró a México el filete chino, que venía envasado, era más pequeño y blanco y su precio era más bajo, pero, obviamente, al abrirlo era otro su sabor expone.
Para evitar ser víctima de alimentos ‘pirata’, y con la finalidad de consumir productos de buena calidad, Marcos Julio Garita, dueño del negocio La Almeja, comparte algunos consejos para adquirir los mejores pescados, ya sea en la 16 Poniente o en cualquier lugar de Puebla.
Limpieza de establecimiento es crucial
Asegura que todos los mariscos, independientemente de su especie, deben tener ojos visiblemente claros, escamas rígidas y branquias –como se conoce a los órganos respiratorios de los pescados– con una intensa tonalidad rojiza.
Un producto fresco debe de tener el ojo claro, bien pegadas las escamas, que no se desprendan con facilidad; la agalla roja y buen olor. Ese es un pescado fresco remarca.
Además, comparte que la limpieza interior y exterior de los establecimientos es crucial para elegir una pescadería, ya que las bacterias pueden transmitirse con facilidad si no se preserva un ambiente fresco e inocuo. Lo mismo aplica con los trabajadores, quienes deben portar en todo momento uniformes especializados, esto para evitar la contaminación de los productos.
“Los pescados y mariscos son perecederos, entonces, requieren de un manejo muy adecuado y muy dedicado (...) el pescado debe estar en hielo, los empleados bien aseados y uniformados, y el piso impecable; todas esas características deben de seguirse para que el producto esté en muy buenas condiciones”, enfatiza Marcos Garita.
La correcta refrigeración y manejo de los alimentos es crucial para mantener la buena calidad de los mariscos, especialmente en el arranque de la primavera –cuyo equinoccio entró ayer–, apunta José Luis Garita, quien posee la marisquería La Parguita Reyna.
El comerciante asegura que el calor intenso obliga a los dueños de establecimientos a tener más cuidado con la sanidad de sus productos.
Desde su perspectiva, una práctica desleal que se da esporádicamente en algunos locales que carecen de experiencia en el manejo de alimentos del mar es la venta de pescados a más de tres o cuatro días de su colocación en mostradores.
Precio, indicativos de mala calidad
En ese sentido, asegura que los consumidores deben cuidar que los pescados no se encuentren exhibidos pasado este plazo. Una forma fácil de identificar que algún producto ya pasó del tiempo recomendado almacenado es que la piel no es consistente ni vistosa, o los ojos no son brillantes.
Finalmente, otro consejo es el que comparte Eleazar González, quien recomienda comparar los precios entre locales, pues asegura que si algún producto varía considerablemente sus costos, en relación con otros lugares, puede ser indicativo de que el pescado no sea de buena calidad.
Si el comprador ve, por ejemplo, un filete que diga tilapia, pero, en lugar de 100 pesos, está en 40 pesos, pues es muy dudoso (…) al visitar dos o tres establecimientos te puedes dar cuenta señala el líder de la Unión de Pescaderías y Marisquerías de Puebla.