Menos de 24 horas duró la rebelión del sector restaurantero en Puebla contra el último decreto del gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, pues la Asociación Poblana de Restaurantes y Prestadores de Servicios (Aprepsac) se retractó del amparo que pretendían imponer en contra de la restricción de vender alimentos preparados y bebidas para consumo al interior del restaurante, que limita sus ventas únicamente al servicio para llevar.
Así lo reconoció el director general de Aprepsac, Felipe Mendoza, quien aceptó qué hay molestia por parte de clientes y restauranteros por esta medida, pero privilegiarán el tema de salud durante esta contingencia para poder reanudar sus actividades lo más pronto posible.
“Es una situación de salud, lo hemos estado analizando, hay consejeros que te dicen cosas, hay restauranteros que están molestos, hay clientes que también están molestos porque la comida se la tienen que comer en la banqueta porque no hay un lugar cómodo. Tenemos que acatar la ley y estamos en total apoyo con el gobernador, (el amparo) queda descartado totalmente”.
Esto a pesar de que durante el último mes reconoció una caída de hasta el 90 por ciento en las ventas del sector restaurantero.
“Veníamos nosotros con una ventaja muy bajas del 80 o 90 por ciento abajo y ahorita se ve un poco más, sin embargo, estamos en total acuerdo con el gobernador, lo apoyamos, queremos que las cosas salgan bien”.
Lo que sí exigió al Gobierno del Estado es “piso parejo” para todos los comerciantes, pues reconoció que la mayoría de los comercios informales no cumplen con los decretos emitidos por la autoridad estatal.
“Que se pidiera una cuarentena voluntaria para que la mayoría de gente, comercios y mercados también la practiquen porque sí vemos que nosotros cerramos, pero vemos que otros siguen abiertos, pedimos ahí una solidaridad del gobierno y de todas las áreas para que unos 15 días salgamos todos”.