Del tercer trimestre del 2020 al mismo periodo del 2021, el 94 por ciento de los empleos que se generaron para mujeres en el estado de Puebla son informales, de acuerdo al Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
A través del Monitoreo de Competitividad Mercado Laboral, se dio a conocer que con dicha cifra, el territorio poblano ocupa el lugar nueve a nivel nacional, con más creación de trabajo sin prestaciones ni seguridad social en personas del sexo femenino.
Lo anterior, solo por debajo de Yucatán, Sinaloa, Tlaxcala, Chihuahua, Veracruz, Nayarit, Morelos y Durango, quienes generaron el 100 por ciento de fuentes de trabajo en la informalidad.
Con dicho resultado, todas las entidades antes mencionadas muestran que solo han podido crear fuentes de trabajo de baja calidad en mujeres, por lo que no pueden cubrir sus necesidades personales, familiares o profesionales.
EN QUÉ SE EMPLEAN LAS MUJERES
En Puebla, la mayor informalidad laboral en mujeres se encuentra en el sector agropecuario con un 87.9 por ciento; construcción con un 80.8 por ciento; restaurantes y alojamiento con un 72.3 por ciento; y en el comercio con un 60.7 por ciento.
En esas áreas, las personas del sexo femenino solo pueden aspirar a un sueldo mensual que va de los 4 mil 142 pesos a los 6 mil 101, con lo que no les alcanza para comprar la canasta básica alimentaria.
Donde menos empleos informales existen, son en la industria extractiva y de electricidad con un 11.8 por ciento; en gobierno con un 16 por ciento; y en los servicios sociales con un 18.2 por ciento.
Finalmente, se dio a conocer que en Puebla, la población ocupada femenina ha crecido únicamente en un 0.2 por ciento, pues pasó de un 21.7 por ciento a un 21.8 por ciento.
Mientras tanto, los hombres ocupados han aumentado en un 2.2 por ciento, al pasar de 33.2 por ciento a 34 por ciento, entre el primer trimestre del 2020 y el tercero del 2021.
Al evaluar todos los componentes antes mencionados, el Imco concluyó que las entidades con menor competitividad en el empleo son Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Morelos y Puebla, donde los ingresos laborales son bajos y la informalidad laboral es alta.
