La poca demanda del camote, su baja rentabilidad y una deficiente productividad por hectárea, provocó que la producción de este tubérculo disminuyera en un 67.3 por ciento en Puebla durante los últimos siete años, coincidieron autoridades, campesinos y vendedores de este emblemático producto que le ha dado al estado el apodo de la "tierra del camote".
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) del 2015 al 2022, la producción de este tubérculo bajó de 3 mil 002 toneladas a solo 982 toneladas.
La cifra más reciente estuvo distribuida únicamente en cinco municipios de la entidad, de los cuales, el más importante fue Atlixco, pues tuvo una aportación del 69.8 por ciento, ya que ahí se sembraron 685.92 hectáreas.
Los otros lugares fueron Huaquechula con 169.03 hectáreas; Santa Isabel Cholula, con 47.39 hectáreas; Ajalpan, con 46.5 hectáreas y San Antonio Cañada, con 33.8 hectáreas.
A pesar de la crisis por la que atraviesa este producto, la Secretaría de Desarrollo Rural de Puebla reconoce que actualmente no existe ningún programa específico para apoyarlo. Considera que es un tubérculo que tiene muchas desventajas competitivas a nivel nacional, como poca demanda, baja rentabilidad y una deficiente productividad por hectárea.
Ventas han caído hasta en un 40%
De acuerdo con la señora Clara, propietaria de la Gran Camotería La Clarita, ubicada en el Centro Histórico de Puebla, la venta del camote, en su presentación de dulce típico, ha disminuido alrededor del 40 por ciento en los últimos años.
Recordó que anteriormente se comercializaban hasta mil cajas de producto por día, pero hoy su máximo es de 600, siendo sus principales clientes potenciales las personas adultas o los turistas.
“La venta del camote tipo poblano, el que tiene forma de tubito, ha venido en decadencia, hoy vendemos hasta 400 cajas menos que hace unos años y la cifra sigue en aumento”, resaltó.
Explicó que esta caída considerable en sus ventas, se debe a que las nuevas generaciones no conocen el producto, no les gusta o simplemente no están interesados en probarlo.
“Sabemos que actualmente hay más personas jóvenes que adultos, por lo que estas nuevas generaciones han olvidado que existe el camote, pues prefieren ir a la tienda y comprar unas papas u otro tipo de dulce”, agregó.
Esta situación ha generado que también vayan desapareciendo diversos puntos de venta, pues anteriormente el camote se encontraba en las ferias o fiestas patronales, y no solo en lugares de dulces típicos.
El camote hervido, que se vende en los tradicionales carritos, igual ha venido en decadencia con el pasar de los años, pues las ventas también han disminuido hasta en un 40 por ciento, así lo relató Antonio Cosme Mirón, quien se ha dedicado a comercializar el tubérculo en su estado natural desde hace más de 30 años, sobre las principales calles de la capital del estado de Puebla.
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Recordó que cuando inició en el negocio, cargaba en sus charolas 15 kilos de camote y se terminaba el producto, sin embargo, hoy solo distribuye 9 kilos aproximadamente.
“Antes se vendía en abundancia y por lo tanto sacábamos más mercancía, pero hoy nuestras ventas ya casi caen a la mitad porque la juventud ya no nos compra o no nos conoce”, declaró.
El hombre consideró que sus ventas también han caído porque el precio del producto final ha aumentado, pues anteriormente el camote se vendía en 20 pesos y hoy llega hasta los 35 pesos la pieza.
“A lo mejor tampoco nos compran porque este producto ya se vende más caro, pero la gente no ve que a nosotros también nos ha subido toda la materia prima para elaborarlo, como la leña, platos, cucharas o lechera”, acotó.
Hizo un llamado a toda la población para que siga consumiendo el camote en cualquiera de sus presentaciones, pues de esta manera se conservará un producto típico de Puebla.
Campesinos comienzan a sembrar otros productos
Debido a las bajas ventas del producto, los campesinos que por años se han dedicado a la producción del camote, se han visto en la necesidad de sembrar otros productos para seguir generando recursos económicos.
José Diego Chantes Conde, quien después de 30 años de trabajar en la siembra del camote, ahora también cultiva maíz en sus terrenos ubicados en la localidad de Solares de Tenextepec en Atlixco.
“La demanda del camote ha venido disminuyendo mucho con el paso del tiempo, por lo que ahora optamos por ya no sembrar mucho y mejor cultivamos otros productos como el maíz, pues sabemos que es algo que todo mundo consume”, relató.
Recordó que cuando comenzó a dedicarse a la producción del tubérculo, recolectaba 30 toneladas de producto por hectárea y hoy solo llega a las 10 toneladas.
El motivo que lo orilló a bajar la cantidad es por las bajas ventas, aunque también le suma otros factores como las pocas lluvias, así como el encarecimiento de los insumos o fertilizantes del campo, lo que ha incrementado sus costos de operación.
“Antes el camote se movía y distribuía mucho más, pero hoy todo cambió porque los jóvenes no lo conocen y no lo consumen. Esto ha dejado de ser algo rentable y me entristece mucho, porque antes yo solo me dedicaba a esto y ahora me tengo que dedicar a otras cosas”, relató.
Chantes Conde resaltó que otra razón que lo está orillando a dejar el negocio, es que antes era mejor pagado, pues el bulto pasó de venderse de 500 pesos a 300 pesos.
Vendedores de camote notan escasez
La poca producción de camote que actualmente existe en la entidad, ha comenzado a generar una escasez del producto y así lo dejó notar José Antonio Hernández Morales, quien vende el tubérculo hervido en su carrito por la ciudad de Puebla.
En entrevista con esta casa editorial, dijo que hace 10 años, cuando comenzó en el negocio, era sencillo encontrar el camote en mercados, como cualquier otra fruta o verdura, sin embargo, actualmente ha llegado a pasar hasta semana y media sin poder conseguir el producto y el poco que hay en existencia, está en supermercados y a un precio más elevado de lo normal.
“Todos nosotros dependemos directamente del campesino, pues si ellos ya no cultivan mucho, no hay producto que vender (…) La realidad es que hemos comenzado a notar el desabasto de este producto, pues buscamos en mercados o en la central, y ya vemos muy poco”, acotó.
Tras esta situación de escasez, Hernández Morales explicó que el poco camote que hay en existencia en la entidad poblana se ha encarecido en un 275 por ciento aproximadamente.
Lo anterior, debido a que antes lo compraban en 12 pesos el kilo y hoy su costo alcanza hasta los 45 pesos; no necesariamente es el de mejor calidad, pues compran lo que hay.
“Lo poco que nos está llegando está teniendo un precio, que, a nuestro parecer, es demasiado exagerado. Ya no hay camote barato, pues vale lo mismo en el mercado, la central o en supermercados”, detalló.
Para concluir su testimonio, José Antonio dijo sentirse preocupado de que en un corto plazo el camote se deje de producir y vender en Puebla, pues personas como él, que dependen totalmente del negocio, se verían afectados económicamente al perder su única fuente de ingresos.
Piden apoyo de las autoridades y de los restauranteros
Ante la situación actual por la que atraviesa la actividad productiva en la entidad poblana, Isidro Cuautle Mixtznahuatl, productor y vendedor de camote en San Antonio Cacalotepec de San Andrés Cholula, pidió el apoyo de las autoridades, así como del sector restaurantero para volver a impulsar el negocio.
Por parte de la autoridad estatal, municipal y federal solicitó ayuda para colocar el producto en otros países, con el fin de que no solo se venda en Puebla y en algunas partes de México.
A los restauranteros, principalmente los de cocina tradicional mexicana, les hizo la invitación para que puedan vender ahí el camote, pues sirve para estofados, guarnición o repostería.
“Si nos ayudan a que crezca la demanda del producto, sin duda mejoraría toda la actividad. El punto es idear nuevas estrategias para que esto vuelva a ser redituable como antes”, acotó.
Finalmente, Cuautle Mixtznahuatl hizo una atenta invitación a todas las personas para que no dejen de consumir el camote, pues con eso estarán abonando a que no se pierdan un producto tan emblemático para el estado.