¿Eres productor agrícola industrial y te gustaría vender tu producto en grandes cadenas comerciales para impulsar tu marca y detonar tu crecimiento, pero no sabes qué hacer para que tu producto llegue a los anaqueles?
Ser proveedor de una cadena comercial es una labor titánica que no solo implica tener un producto de calidad. Entre otras, debes cumplir normas sanitarias, conocer manejo de mercancías y, sobre todo, tener la capacidad para surtir a estas grandes tiendas.
De acuerdo con Luis Andrés Cabrera Mauleón, profesor de tiempo completo en la facultad de Ingeniería en Agronomía de la UPAPEP, para ser proveedor en una cadena comercial lo primero es tener un producto de calidad. Formar alianzas con otros agricultores para generar mecanismos de abasto, tener capacidad económica para solventar las condiciones de los grandes supermercados o almacenes y tener una empresa legalmente constituida.
Refiere que todos los productos frescos, en lata o en refrigeración que vemos en las tiendas de autoservicio, no los vende un agricultor, normalmente son empresas agricultoras que tienen otras, asociadas con ellos, que les provee de productos.
Una vez que eres productor, la cadena comercial no te va a preguntar dónde produces y qué es lo que produces, te va a solicitar lo que requiera, aunque tú no lo produzcas, y en grandes cantidades para surtir en todas sus tiendas e incluso para exportación. Por eso la recomendación en el desarrollo rural es no ir solo.
“Estas empresas intermediarias jalan el desarrollo de pequeños productores y, de no ser por ellas, que acopian y comercializan, difícilmente el producto de estos agricultores podría llegar a las tiendas de autoservicio”, expone.
Subraya que, derivado de la emergencia sanitaria, el productor debe poner un mayor énfasis en la inocuidad (sanidad) de los productos para que lleguen al mercado libres de contaminantes físicos, químicos y biológicos. También garantizar la salud de los trabajadores que manejan los alimentos. De esta manera, avala su consumo humano y venderá a un mejor precio.
ACERCA DE LA AGROINDUSTRIA
Pasar un producto del campo a la industria implica una gran inversión, por ello explica que, para emprender en este negocio tendrías que empezar por buscar una alianza con el productor primario que es el que se encarga de hacer el proceso de transformación o conservación del producto.
Es decir, un producto agroindustrial es el que inicia la fase de producción agrícola propiamente dicha en el campo, después pasa por un proceso que lo transforma y conserva, dándole así un valor agregado al generarle durabilidad y disponibilidad sobre aquellos que son perecederos.
Ejemplos de agroindustria son los vegetales y frutas que se utilizan para elaborar conservas y mermeladas, jugos o néctares. Las hortalizas que son lavadas, pre cocidas y congeladas que se venden en bolsa. La pasteurización de la lecha o la producción de carne de vacuno.
REQUISITOS Y CONDICIONES
Además de vender un producto de calidad que tiene que cumplir con las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y tener la capacidad de abasto, agrega que se tienen que cubrir una serie de requisitos administrativos como: estar dado de alta en SHCP y expedir facturas, no tener adeudos fiscales, un domicilio fiscal real, trabajadores legalmente contratados, no haber explotación de personas ni subcontratos, entre otros.
De igual forma, el empaque y embalaje de cada producto debe cumplir con las especificaciones de la tienda. La merma que se produce estando en anaqueles, es pérdida para el proveedor. Para que la cadena comercial ofrezca una promoción a sus clientes, el proveedor deberá bajar el costo del producto.
Dice que todo esto asegura la calidad del producto, pero llevan un costo y una logística de operación. No solo se trata de tener una base productiva, también una base administrativa, contable y jurídica que ayude a llevar en orden estos procesos y evitar caer en faltas que pueda perjudicarte. Las condiciones son muy rudas y no cualquier proveedor aguanta. Sin embargo, los que pasan la prueba, tienen asegurada de por vida una buena solvencia económica.
“A quien quiera emprender le recomiendo empezar desde abajo y experimentar con volúmenes reducidos, conocer la aceptación de su producto entre la población, saber cómo se mueven los precios, cómo se maneja la logística, la comercialización, etcétera. Ir escalando poco a poco para que, con este entrenamiento, pueda llegar a lo que piden las grandes cadenas comerciales”, concluye.
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