La crisis económica generada por la pandemia de Covid-19 continúa generando efectos en las finanzas del mundo a través de la inflación e incluso recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó su “Índice Nacional de Precios al Consumidor”, el cual sorprendió por los productos que incluyó.
De acuerdo con el documento publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), durante el mes de junio más de 200 productos, entre alimentos, bebidas, así como productos de higiene, serán añadidos en esta lista que mide la inflación, debido al consumo que tienen y al encarecimiento que han presentado los mismos.
¿CÓMO SE DA EL “ENCADENAMIENTO” DE PRODUCTOS EN EL INPC?
De acuerdo con el INEGI, la decisión de “encadenar” los productos se da luego de tomar en cuenta el cierre o ampliación de fuentes de información y la desaparición o ampliación de marcas, modelos, presentaciones o modalidades, por lo que llamó la atención que en esta edición ahora se encuentran contemplados:
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- Rancheritos
- Pan blanco Bimbo
- Fud de pavo
- Botella Don Pedro
- Cajetilla Marlboro
- Saladas, Ritz
- Tostadas Mi Reina
- Queso Manchego Noche Buena
Este procedimiento tiene como finalidad actualizar y dar seguimiento al precio de un bien o servicio que es retirado de la muestra del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) debido a la elección de otro producto o servicio similar, es decir se realiza cuando hay un cambio en la importancia del producto, pues se incorporan nuevas firmas al mercado.
¿QUÉ ES EL INPC?
De acuerdo con el INEGI, el Índice Nacional de Precios al Consumidor o Índice Nacional de Precios de Consumo (INPC), es un índice económico que contempla precios de un determinado conjunto de bienes y servicios que se encuentran contemplados dentro de la canasta básica, con base en una encuesta continua de los gastos regulares que tiene un hogar mes con mes.
Su función es medir los cambios que tienen en los precios de estos productos con respecto al mes, el cual puede ser positivo si se da un incremento en los precios, negativo cuando se puede observar una caída en los mismos, por lo que es utilizado por los gobiernos para medir la inflación.
Existen una serie de características que el INPC debe tener para poder ser contemplado por los gobiernos, entre ellos ser representativo y confiable, mediante una muestra aleatoria y de la mayor población posible, así como comparable, tanto de manera temporal como como espacial, a través de otros IPC de otros países o períodos de un mismo país.
Pero no todo es positivo, pues algunas de las principales críticas contra este indicador se basan en su riesgo de sustitución, pues afirma que no se toman en cuenta las sustituciones de bienes que realizan los consumidores, el hecho de que no incorpora la introducción de nuevos bienes, no incorpora cambios en la calidad y no incorpora una medición del precio de la vivienda en propiedad.