Prevén cierre de mil 500 negocios para fin de año en el Centro Histórico Puebla

“El más afectado fue el sector de alimentos como las fonditas y aún con el apoyo de los arrendatarios no pudieron seguir adelante”: José Juan Ayala

Javier Zambrano | El Sol de Puebla

  · jueves 3 de diciembre de 2020

Foto: Archivo El Sol de Puebla

El fin de año se acerca y no todos los establecimientos comerciales del Centro Histórico de Puebla podrán vivirlo, pues se estima que mil 500 negocios cierren sus puertas definitivamente debido a la crisis económica.

En entrevista con El Sol de Puebla, José Juan Ayala Vázquez, presidente del Consejo de Comerciantes del Centro Histórico, informó que hasta el momento mil 200 negocios han desaparecido y se podrían agregar otros 300 para finales de 2020.

“No hemos podido recuperarnos a pesar de que manejamos todas las medidas de sanidad. (…) Cuando los negocios tienen bajas ventas es imposible seguir pagando una nómica o la renta por lo que cierran y eso es lo que está pasando. (…) Cada que perdemos un negocio de antaño, perdemos identidad comercial. (…) El más afectado fue el sector de alimentos como las fonditas y aún con el apoyo de los arrendatarios no pudieron seguir adelante”, comentó.

Tan solo en la Plaza de la Tecnología el 40 por ciento de los negocios cerraron sus puertas y lo mismo pasó en Plaza Victoria a pesar de la condonación de rentas que les ofrecieron a los locatarios.

Lo anterior, provocó que más de cuatro mil personas perdieran su empleo, afectando al mismo número de familias donde en su mayoría era la única fuente de ingreso.

En este sentido, Ayala Vázquez anunció que para recuperar las ventas que se tenían registradas en 2019 deberán pasar mínimo dos años.

400 NEGOCIOS CAMBIAN DE GIRO COMERCIAL

Los pocos negocios que aún siguen operando en el Centro Histórico decidieron cambiar de giro comercial para hacer frente a la emergencia sanitaria y no verse tan afectados.

Se trata de 400 establecimientos que antes eran papelerías y se convirtieron en mercerías; zapaterías a venta de ropa; bares a restaurantes y negocios de bisutería a venta de cubrebocas.

“Algunos fracasaron, se reinventaron y lo volvieron a intentar. (…) El comerciante si no vende en el Centro Histórico se va a otro estado porque vender es lo que sabe hacer”, finalizó.