Por la introducción de productos chinos a costos más bajos en el estado de Puebla han quedado en el olvido industrias como la textil, del mueble, extractiva, la minera y la del calzado, pues se han convertido en actividades poco competitivas y rentables para los empresarios y el gobierno.
Expertos en temas económicos coinciden en que estos cinco sectores han sido los más vulnerables por la competencia internacional del país asiático, ya que han ingresado productos más económicos como ropa, muebles, zapatos y artículos hechos a base de minerales como el mármol, disminuyendo considerablemente la demanda de lo que se produce en el estado.
Samuel Ortiz Velásquez, catedrático de la facultad de Economía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), refiere que esta problemática ha provocado que las actividades sean abandonadas por la iniciativa privada, es decir, han cerrado sus empresas de este tipo para dedicarse a otras cosas.
Por su parte, el gobierno les ha retirado los apoyos fiscales, créditos, capacitación, promoción, así como la construcción de infraestructura para su crecimiento, pues todos esos esfuerzos se han destinado en rubros altamente rentables como la manufactura y la industria automotriz.
“La enorme competencia de costos ha hecho que estas actividades sean las más vulnerables y olvidadas, pues ya no pueden penetrar su propio mercado local y pierden competitividad (…) China está matando a las empresas de este tipo, a pesar de que ofrecen productos de calidad”, menciona.
Sobre esto, El Sol de Puebla pidió la postura de la Secretaría de Economía para saber las acciones que desde esa dependencia se han emprendido en favor de estas actividades, sin embargo, nunca se tuvo una respuesta.
Son hasta 50% más baratos
De acuerdo con Anselmo Salvador Chávez Capó, profesor investigador de Administración Financiera y Bursátil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), los productos chinos pueden llegar a ser hasta un 50 por ciento más baratos que los que se producen en la entidad.
Por ejemplo, un par de zapatos que se elaboran en las fábricas poblanas pueden llegar a tener un precio final promedio de 500 pesos, mientras que los chinos se encuentran entre 200 o 250 pesos.
Las prendas de la entidad tienen un valor mínimo de 200 pesos y algunos muebles, como las bases de cama, pueden alcanzar hasta los 6 mil pesos; sin embargo, la ropa que exporta el país asiático puede encontrarse en 50 o 100 pesos, y hasta en 3 mil pesos una recámara completa.
Por este motivo es que las personas prefieren consumir productos chinos por encima de los poblanos, aunque esto signifique afectar a sectores como los mencionados inicialmente.
“Aún no entiendo cómo le hacen los chinos para vender sus productos tan baratos, a lo mejor es por su tecnología tan avanzada que les permite producir en cantidad y reducen costos de operación. Aquí difícilmente nuestras industrias pueden competir de esa manera, por ejemplo, la industria del mueble no puede elaborar un mueble como esos que se venden en Coppel, Elektra o Famsa, que uno los arma, son de más baja calidad y más baratos”, declara.
Empresarios han dejado el mercado nacional para subsistir
Ante la situación por la que atraviesan actualmente, los empresarios de algunos de estos sectores se han visto en la necesidad de dejar de comercializar sus productos en el territorio nacional, y mejor han emigrado al extranjero para poder subsistir, ya que en otros países son más valorados los productos mexicanos.
Tal es el caso de Gabriel Cianca Galeazzi, quien es dueño de San Bernardo International Furniture S.A de C.V, que es una compañía dedicada a la producción de muebles en la localidad de San Bernardino Tlaxcalancingo, del municipio de San Andrés Cholula.
En entrevista con esta casa editorial, relata que anteriormente vendía sus productos en la República Mexicana, sin embargo, hoy se enfoca 100 por ciento al mercado de Estados Unidos y Europa.
“Efectivamente el sector del mueble es uno de los más olvidados porque nos rascamos como podemos. A pesar de que nos vemos afectados por la competencia china, no recibimos apoyo de nadie, nos dejan solos, y no valoran que nosotros también generamos empleos e ingresos para Puebla”, destaca.
En los más de 20 años que lleva dedicándose a la actividad, Cianca Galeazzi refiere que nunca ha sabido que las autoridades impulsen programas en beneficio de la industria del mueble.
Es decir, no les han otorgado estímulos fiscales para la compra de maquinaria y equipo, tampoco han recibido descuentos en el pago de aranceles o un cero por ciento en el pago de impuestos.
“Nos deberían apoyar con algo porque no todo es Volkswagen o Audi, todos ponemos un granito de arena y la industria del mueble no es la excepción (…) Urgen esos estímulos porque nos estamos quedando afuera de la competencia porque no podemos competir con China”, agrega.
El testimonio anterior coincidió con el de Carlos Couttolenc López, propietario de la empresa denominada Textiles La Libertad, la cual se dedica a la producción de hilo y telas desde 1958.
Reconoce que a través de los años la industria textil ha perdido presencia importante en Puebla y el resto del país, pues los productos chinos le han ganado terreno con precios más bajos en el mercado.
Anteriormente la actividad era una de las más importantes en la entidad, pero debido a esta situación, muchas fábricas han tenido que cerrar por la poca demanda de sus artículos textiles.
“Aquí traen mucha prenda terminada de China con precios que no cubren ni el costo de nuestra materia prima; difícilmente competimos con eso, por lo que se nos hace una competencia desleal que nos está extinguiendo de cierta manera”, declara.
En el caso de su empresa, Couttolenc López refiere que ahora exporta al menos el 80 por ciento de sus productos a Estados Unidos, pues de esta manera puede seguir vigente en el mercado.
A pesar de este panorama complicado, concluye diciendo que actualmente la industria textil tiene una gran oportunidad para renacer con el famoso nearshoring, aprovechando la ubicación estratégica de Puebla.
Consecuencias de su olvido y desplazamiento
Adolfo Federico Herrera García, coordinador del Centro de Investigación y Estudios de Posgrado en Economía (CIEPE) de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), explica que existe un sinfín de consecuencias que podrían presentarse en la entidad poblana a causa del olvido y desplazamiento de las cinco industrias mencionadas: textil, mueble, extractiva, minera y calzado.
El primer efecto impactaría directamente al consumidor final, pues se encarecerían productos como la ropa, muebles, zapatos o artículos elaborados a base de minerales, ya que al dejar de producirse en la entidad, todo sería importado a un costo más elevado.
Los trabajadores también podrían resentir los efectos, ya que corren el riesgo de perder su fuente de empleo al cerrar de manera definitiva las fábricas de esos sectores.
El gobierno tampoco quedaría exento, pues al disminuir el número de unidades económicas activas, su Producto Interno Bruto (PIB) y su captación de impuestos serían más bajos.
“Si nosotros ya no producimos nada, habrá aumento de precios, desempleo y menos riqueza. Los afectados serán muchos actores de la sociedad, como los ciudadanos, los empresarios y las mismas autoridades”, advierte.
Propuestas para rescatarlos
Con el objetivo de volver a rescatar a las cinco actividades mencionadas y convertirlas más competitivas, Luis Espinosa Rueda, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), da a conocer una serie de propuestas y recomendaciones.
Entre estas se encuentra la innovación para diversificar los productos que se ofrecen al mercado y la apertura de nuevos canales de distribución, ya sea en México o el extranjero.
También propone la creación de clústeres específicos para esas actividades, ya que de esa manera habrá más apoyo, nuevas inversiones y reconocimiento de su importancia.
Sin embargo, precisa que es importante que se le otorgue un mayor presupuesto a la Secretaría de Economía del gobierno del estado para que pueda promover de manera eficiente dichas actividades.
“La innovación será algo que salvará a estas actividades de la competencia que tiene con China, aunque también va a influir la creatividad para abrir nuevos canales de distribución (…) Es importante volver a impulsarlas, porque tan solo Puebla es el principal exportador de muebles en todo el país”, expresa.
Por su parte, Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), abona a la serie de recomendaciones diciendo que es relevante la participación de las instituciones educativas para que preparen a más empresarios y a más trabajadores especializados en estos rubros.
De igual forma, dice que es indispensable ofrecer apoyos fiscales, créditos, capacitación, subsidios, promoción, así como construir más infraestructura innovadora y con tecnología de última generación para producir grandes volúmenes de productos en un tiempo más corto.
“No queremos que estas actividades se extingan, por lo que es importante fortalecer a estas industrias para hacerlas más fuertes y así se puedan enfrentar a la competencia de la industria China”, concluye.
Radiografía de los cinco sectores productivos
Aunque la industria textil, del mueble, la extractiva, la minera y la del calzado no son actividades de gran peso y representatividad para la economía como la manufactura o la automotriz, también generan beneficios para Puebla.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2021 esas cinco actividades generaron un PIB de 25 mil 624 millones de pesos, lo que representa el 3.2 por ciento del total registrado en el estado, que fueron 785 mil 911 millones de pesos.
Actualmente se encuentran vigentes 13 mil 651 empresas de este tipo, las cuales están distribuidas principalmente en los municipios de Francisco Z. Mena, Jalpan, Pantepec, Venustiano Carranza, Tlatlauquitepec, Tecali de Herrera, Amozoc, Tepeaca, Acajete, Teziutlán, Huejotzingo, Tepeyahualco y San Gregorio Atzompa.
En cuestión de empleo, es difícil conocer con exactitud cuántas plazas de trabajo generan estos sectores productivos, ya que ni las plataformas del INEGI, las del IMSS o de la Secretaría del Trabajo lo desglosan detalladamente.
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