Los préstamos, las tarjetas de crédito y cualquier otro tipo de financiamiento son herramientas que los clientes pueden utilizar para cubrir diversas necesidades. No deben considerarse una extensión de dinero, sino una alternativa a la que se recurra solo si es necesario cubrir una necesidad específica.
Las autoridades sostienen que estos productos no son negativos; por el contrario, este tipo de comercio es uno de los sectores importantes del país y se considera positivo. Sin embargo, es fundamental que los clientes hagan un manejo adecuado de estos productos para que su situación financiera no se complique.
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Antes de solicitar cualquier tipo de crédito, es necesario evaluar las capacidades de pago. Esto significa que, antes de adquirirlo, se deben considerar los ingresos fijos y las posibilidades económicas para cumplir con esta responsabilidad sin afectar el historial en el Buró de Crédito.
¿Qué es el Buró de Crédito?
El Buró de Crédito está compuesto por empresas privadas constituidas como Sociedades de Información Crediticia (SIC) y autorizadas por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Cuando alguien solicita un crédito, su nombre aparece aquí, independientemente de que tenga un comportamiento crediticio positivo o negativo.
En esencia, este sistema es una base de datos que almacena información sobre el historial de pagos, deudas y otros compromisos financieros de cada individuo. Los bancos, tiendas departamentales y otras instituciones reportan la información a esta base, formando un perfil crediticio de cada usuario.
Esta información es fundamental para que las instituciones evalúen la capacidad de pago de una persona o empresa. Cada vez que alguien solicita un préstamo o tarjeta de crédito, el historial en el Buró es uno de los primeros factores revisados, según la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
¿Para qué sirve?
Este proceso permite a los prestamistas evaluar si el solicitante tiene una trayectoria de responsabilidad con sus obligaciones financieras. La información incluye detalles como si los pagos han sido puntuales o han existido retrasos, así como el monto de los créditos activos y los límites de cada uno.
El Buró no solo registra las deudas actuales, sino también las pasadas. Así, permite rastrear cómo una persona ha manejado sus compromisos financieros a lo largo del tiempo. Esto influye en la aprobación de nuevos préstamos o en la determinación del monto de crédito que se puede otorgar.
Es importante mencionar que la consulta al Buró se realiza siempre con el consentimiento del titular, ya sea al firmar un contrato de crédito o mediante una solicitud explícita. La persona o empresa debe autorizar el acceso a sus registros, lo que brinda transparencia y control sobre quién revisa su información.
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