Uno de los momentos más difíciles, entre los muy diversos actos jurídicos que hay, es el lanzamiento, ahí se conjugan intereses contrarios de forma hasta violenta: por un lado tenemos a quien es dueño de una propiedad, la cual ha costado seguramente algún esfuerzo adquirirla y la cual es rentada a alguien que no ha pagado. Hay que decir que existe un interés social sobre los contratos de arrendamiento, por lo cual hay ciertas oportunidades para poder evitar ser corridos de un inmueble.
El viernes fue noticia nacional el lanzamiento de unos arrendatarios de unas viviendas populares en la Ciudad de México, con una carga de dramatismo propia de algunos programas televisivos, se mostró a una mujer que señaló ser indígena y, en sus propias palabras, vulnerable, por lo que exigía no ser desalojada; no obstante, pensemos en los años de litigio y las rentas que no percibió el dueño, así que tomar un partido moral acerca del hecho es algo muy complejo. Si bien hay historias donde una familia no puede verdaderamente pagar la renta, en otros casos nos encontramos con auténticos sinvergüenzas y vividores que andan aprovechándose de los beneficios que le concede la ley.
Pues bien, el lanzamiento es la parte final de todo un juicio, en el cual hubo una demanda, contestación, ofrecimiento y desahogo de pruebas, alegatos y una sentencia que pudo ser apelada, además de una posible demanda de Amparo, es decir, todo un galimatías que dura años. Al final, el juez ordena el lanzamiento y tiene que tomar las precauciones para salvaguardar la integridad del personal judicial que lo realice, por lo cual se gira un oficio a la secretaría de seguridad que corresponda para apoyar en ese sentido, amén del personal de mudanza y cargadores que debe aportar el actor para realizar tal acción, ya que se autoriza la rotura de chapas, es decir, se entra por la fuerza, situación que evidentemente crea un drama total. Basta ver esas escenas con niños llorando y muebles viejos en la calle, en donde la pobreza y la irresponsabilidad se conjugan, dando lugar a un problema social indeseable.
Con esto quiero señalar que hay que ejecutar esta acción con sumo cuidado, bajo la normativa existente y previendo las dificultades, para así recuperar lo que es propio, situación que debe servir como experiencia para escoger de mejor manera a los inquilinos, para lo cual también hay diversos procesos.
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*Doctor en Derecho, consultor legal, abogado postulante y académico universitario.
