La portabilidad es un trámite que se lleva a cabo cuando se quiere cambiar la nómina para que el dinero que te pagan sea depositado en la institución de tu preferencia. La mayoría de los trabajos deciden la entidad en la que se entregarán los salarios, aunque siempre es posible elegir una opción distinta.
Este proceso es un derecho que tienen todos los empleados en México, pues de esta manera tienen la opción de administrar sus recursos en el banco que prefieran. Gracias a esta opción, es posible seleccionar la alternativa que ofrezca los mejores términos y condiciones, al igual que beneficios a corto y largo plazo.
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Es común que algunos trabajadores tengan su nómina con el mismo banco con el que tienen deudas, por lo que al momento de recibir su pago, se realiza una retención automática del dinero para que se pueda cubrir esta responsabilidad. Estos descuentos hacen que los pagos se generen de una forma u otra.
¿Qué pasa si realizas la portabilidad y tienes deudas?
Es importante mencionar que los empleados cuentan con la opción de realizar la portabilidad de nómina en el momento que lo consideren necesario, sin importar que tengan algún otro tipo de responsabilidad financiera.
Sin embargo, esto no quiere decir que las deudas desaparecerán o que ya no serán cobradas; así lo explicó la Comisión Nacional de la Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef).
Este organismo explicó que “El banco que dejas mantendrá los descuentos o cobros automáticos en tu cuenta por el monto de las deudas vigentes”, lo que significa que hacer esa modificación no evitará que veas estas restricciones en tu salario.
La deuda seguirá
En este sentido, un asesor especializado de la Condusef, consultado por El Sol de Puebla, puntualizó que es importante cumplir con lo que se deba pagar, ya que este trámite “no evitará que se descuente de tu nómina algo que debes”.
La situación crediticia de cada persona es única y lo que funciona para una puede no ser adecuado para otra. Antes de realizar cualquier movimiento, lo mejor es realizar un análisis de la situación financiera actual, incluyendo una revisión de las deudas, ingresos y gastos.
Por esa razón, la comunicación abierta con la entidad bancaria, la evaluación de las opciones de refinanciamiento y la consulta con asesores especializados pueden facilitar este proceso y prevenir inconvenientes.
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