ChatGPT es ya una de las Inteligencias Artificiales (IA) más conocidas y ocupadas del internet, una que parece tener la respuesta para todo, qué puede ayudar con cualquier tarea escrita y muestra los alcances de la tecnología, pero que sigue funcionando con sistemas guiados por humanos.
Junto a las cuestiones técnicas que la hacen funcionar como son los equipos avanzados de suministro de energía, las decenas de miles de unidades con GPU de la marca Nvidia y más, se encuentra la labor de cientos de investigadores e ingenieros que dan forma a su lenguaje.
Consultados por NBC News algunos de los empleados de ChatGPT señalaron sus experiencias al trabajar como contratistas para este software, en especial en su papel de etiquetador de datos, que es el proceso de capacitación del software utilizado para que responda de mejor forma a las solicitudes de los usuarios.
Pese a las exigencias y lo fundamental que resulta su labor dentro del proceso para que esta Inteligencia Artificial funcione, la mayoría recibe la cantidad de 15 dólares por hora, poco más de 266 pesos.
Con el etiquetado de datos, se analizan muestras de esta información para ayudar a los sistemas automatizados a identificar de mejor forma los elementos particulares dentro de un gran conjunto de datos.
De esta forma, los trabajadores etiquetan elementos particulares, sean imágenes, videos, textos, etc., para que las máquinas los puedan aprender a identificarlos por ellas mismas. Con esto ayudan al sistema a ser más preciso en sus respuestas y a entender mejor los elementos que contiene una pregunta al ser parte importante de su aprendizaje automático.
Datos de NBC señalan que OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha contratado a más de 1000 trabajadores remotos por todo Estados Unidos, en América Latina y en Europa del Este para mejorar el rendimiento de sus herramientas.
Sus condiciones laborales suelen depender de la región en la que viven ya que muchos no alcanzan el salario mínimo de su lugar de origen y no reciben ningún tipo de beneficio.
“Somos trabajadores duros, pero no habría sistemas de lenguaje de IA sin nosotros. Puedes diseñar todas las redes neuronales que quieras, puedes involucrar a todos los investigadores que quieras, pero sin etiquetadores, no tienes ChatGPT. No tienes nada”, afirmó Alexej Savreux, uno de los trabajadores consultados y que vive en Kansas City, Estados Unidos.
Las IA y las fuentes de trabajo
Debido a la gran cantidad de proceso rápidos y automatizados que pueden realizar las IA como ChatGPT muchas personas señalaron que pondría en riesgo ciertos empleos y que podría incluso reemplazar la labor humana por no tener costo y hacer la labor en un corto tiempo.
Pero, en la realidad se trata de tecnologías que no dejan de funcionar con ayuda de la retroalimentación humana, por lo que, a pesar de los intentos de dejar de lado a las personas, todavía existe la desconfianza de dejar que la tecnología realice procesos por sí sola.
Al respecto, con las IA los miedos son que existan posibles fugas de datos, que se dependa de manera excesiva de los chatbots y la dificultad de obtener resultados útiles para trabajos sensibles al tiempo.
Aunque sus respuestas parecen un acto de magia al aparecer de forma inmediata, en realidad son múltiples trabajadores humanos los que se encuentran atrás para ayudarla a que sus soluciones sean mejores y que la hacen lucir como algo normal.
En el caso de OpenAI y ChatGPT del lado de sus trabajadores ya ha vivido algunas polémicas debido a que con anterioridad subcontrataba a empleados de África a quienes solo pagaba 2 dólares por hora.
También, ya ha trabajado con Sama, una empresa de outsorcing que contrata a personas con bajos salarios en países del tercer mundo. La compañía ya ha sido demandada por las malas condiciones de trabajo que proporciona.