En 20 años la inteligencia artificial (IA) será una herramienta mayoritariamente cotidiana en el mundo. Entre los próximos 50 y 75 años se espera que casi cualquier trabajo, independientemente de su naturaleza, sea sustituido por esta tecnología. Para evitar el desplazamiento humano, especialistas insisten en la urgencia de apostarle a la capacitación de las nuevas y presentes generaciones en esa materia, especialmente en un contexto como el de Puebla, que es uno de los estados del país con mayor brecha de accesibilidad a internet y dispositivos electrónicos.
Vittorio Zanella Palacios, doctor en Ciencias Computacionales egresado del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica (INAOE), asegura que las herramientas de aprendizaje automático que se popularizaron recientemente, como Chat GPT, forman parte de una etapa inicial del poder de esta tecnología, pues la finalidad de la misma es emular y automatizar una gran mayoría de acciones cognitivas y físicas propias de las personas.
El también investigador advierte que la comunidad científica internacional estima que será en un periodo máximo de 75 años cuando esta tecnología “empate” las acciones humanas; sostiene, además, que la IA ocasionará cambios industriales inevitables en todo el mundo, que obligarán a la población a adaptarse a ellos.
“Nos va a pegar a todos. No va a haber profesión en el mundo que se libre de esto (...) ¿Qué es lo que va a pasar? Yo creo que todas las profesiones se van a ver modificadas, pero no sustituidas (...) Se perderán millones de empleos, pero se generarán otros millones más, lo único que va a hacer es cambiar la forma en cómo trabajamos”, sostiene.
Aunque varios especialistas coinciden en esta visión, otros académicos, como el maestro en Sistemas Electrónicos por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) e investigador de esa misma universidad, Jorge Andrade Román, defienden que será en menos tiempo cuando la IA se apodere de múltiples espacios laborales.
Esta herramienta se creó en la década de 1950, pero su extensión más significativa ocurrió en el nuevo milenio, es decir, de 2000 a la fecha. El especialista alerta que el crecimiento de la IA en la última década fue el cambio más acelerado desde su creación.
“El desarrollo tecnológico de los sistemas digitales y de alta velocidad, cualquier tipo de sistema electrónico que pueda ser programable, va evolucionando de manera muy acelerada. Ese avance es lo que ha permitido que estos programas, que están tomando decisiones tomando como referencia datos iniciales, puedan ser aplicados de manera más rápida en lugares donde originalmente no se habían imaginado”, defiende Andrade Román.
Como parte de su reporte anual Hábitos de los Usuarios de Internet 2023, la Asociación de Internet MX, que se dedica al estudio de la digitalización en nuestro país, realizó una encuesta que arrojó resultados interesantes sobre la percepción de la inteligencia artificial en varios hogares mexicanos.
De las 2 mil 331 personas que participaron, el 55 por ciento consideró que la IA es una herramienta útil, mientras que el 22 por ciento aseguró sentirse preocupado por el veloz crecimiento de la misma. Además, destacó que las personas más jóvenes fueron quienes mostraron mayor confianza por este instrumento, mientras que las personas adultas y adultas mayores se mantuvieron reacias ante ello.
¿Qué es la inteligencia artificial?
Aunque asegura que no existe una definición universal de lo que es la IA, Zanella Palacios señala que ésta es comúnmente reconocida como un instrumento hecho para comportarse como una persona cognitivamente capaz, imitando acciones como el razonamiento, el aprendizaje, la percepción, la comprensión del lenguaje y la toma de decisiones.
Su origen se remonta a 1956, en Estados Unidos, tras la creación de las computadoras. El académico comenta que la IA surgió a partir de la oportunidad que dieron los ordenadores para correr varios modelos matemáticos y algoritmos específicos que permitieron a las máquinas procesar información y realizar cálculos y acciones similares a una persona, como nunca antes se había visto.
“Desde ahí surge la idea de generar máquinas que piensen y hagan las actividades que los humanos hacemos. Fue muy complicado, y sigue siendo muy complejo, pero la meta es crear programas que se comporten de manera casi similar al ser humano (...) De aquí a que se alcanza la meta se han resuelto muchos problemas y se han creado muchos softwares, digamos que, alrededor, o en el camino, para alcanzar esa meta. Surgieron los asistentes virtuales, los programas que procesan imágenes, etcétera”, detalla el doctor.
La razón por la cual la IA ha resonado en los últimos años se debe a que cada vez más personas tienen acceso a dispositivos electrónicos e internet.
Es decir, no sólo se debe a que mejoraron y ampliaron dichas herramientas, sino que más personas pueden utilizarlas hoy en día, ya que incluso varias de ellas son de acceso público, como Chat GPT, que puede ejecutar cualquier comando con sólo emplear texto.
“Ahora esto nos impresiona, pero ya lo veníamos trabajando. Esto se democratizó, porque en un principio eran modelos matemáticos muy complicados, que son los mismos que usamos hoy, pero en ese tiempo no había poder computacional para ejecutarlos”, apunta.
La misma puede aplicarse en casi cualquier lugar, pues hoy en día se utiliza como herramienta de conocimiento para diversas ciencias, como amenidad para los hogares, e incluso como instrumento para resguardar la seguridad nacional. Prácticamente, gracias a esa democratización tecnológica, es posible darle usos infinitos a la IA.
Aunque la gran mayoría de usos son positivos para la sociedad y el conocimiento, el investigador reconoce que también se pueden perpetrar actos ilegales o indebidos con esta tecnología, como actualmente ocurre en el entorno académico, ya que es utilizada en ocasiones por estudiantes para elaborar trabajos académicos de forma automatizada, incurriendo incluso en actos de plagio.
Respecto a los usos positivos, esta herramienta sirve en asistentes virtuales, sistemas de reconocimiento de voz, texto e imágenes, chatbots, vehículos autónomos, inclusive de diagnósticos médicos, por mencionar algunos.
Un humano curioso por saber si será o no reemplazado por una máquina puede preguntarle a Chat GPT, un robot de aprendizaje automatizado desarrollado en 2022, que es utilizada por millones de personas en todo el mundo.
En respuesta, esta popular herramienta señala lo siguiente: “La IA tiene el potencial de sustituir algunas ocupaciones y cambiar la forma en que se realizan ciertos trabajos. A medida que la IA avanza, se espera que algunas tareas rutinarias y repetitivas sean automatizadas, lo que podría afectar a ciertos empleos. Es importante reconocer que la IA tiene sus limitaciones y hay áreas en las que los seres humanos siguen siendo insustituibles, como la creatividad, la empatía, el juicio ético, el pensamiento crítico y la toma de decisiones complejas”.
¿Cómo hacerle frente a la Inteligencia Artificial?
Ante la creciente demanda y cobertura de la IA, las necesidades globales de la industria requieren que los trabajadores sepan manejar estas tecnologías, señala la doctora en Tecnología de la Información y Análisis de Decisiones por la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), Lorna Verónica Rosas Téllez.
Las llamadas “carreras del futuro” no sólo hacen referencia al desarrollo de estas herramientas, sino que también se refieren a las que forman a los estudiantes para administrar y analizar los incuantificables datos generados por la inteligencia artificial.
La académica apunta que este instrumento tiene innumerables aplicaciones positivas para la humanidad, es por ello que el factor que evitará que las personas sean desplazadas por estos mecanismos tecnológicos es que haya preparación académica y cognitiva para convivir con la IA y entender su lenguaje.
Expone, además, que la única forma de no quedarse rezagado en esa migración digital será adquiriendo los conocimientos para entender esos instrumentos. Es decir, cualquier trabajo en el futuro requerirá los saberes esenciales para manejar la información producida por la IA.
“Ahora las empresas necesitan tener gente que esté con la cultura de datos, ¿qué significa esto? Que sea capaz de administrar, manejar, organizar y trabajar los datos. No todos los datos que llegan son buenos, entonces, hay que diferenciar qué datos son reales, qué datos sí me van a servir para la empresa, para la toma de decisiones y para hacer mejor mi trabajo (...) Hoy los datos son como el petróleo”, comparte.
Dicho esto, dice que las carreras y los conocimientos que tendrán mayores oportunidades de sobrevivir en el futuro serán las relacionadas a la Ciencia de Datos.
No todos los trabajos serán afectados por la IA al mismo tiempo, enfatiza la académica. Por ejemplo, las ocupaciones que requieren esfuerzo manual primordialmente, como la agricultura o la conducción de vehículos de transporte público masivo, serán las que tarden más en enfrentarse a esta situación. No obstante, quienes se dedican a la informática, como la ingeniería en sistemas o contabilidad, tendrán que adaptarse a las nuevas tecnologías con mayor rapidez, antes de tener que ser sustituidos.
Como referencia, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en Puebla los empleos más comunes son los relacionados al campo, ventas y comercio, construcción, conducción de vehículos de transporte de carga y pasajeros, elaboración de alimentos, entre otros.
Brecha digital, un obstáculo más
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH), elaborada por el INEGI en 2021, sólo el 37.1 por ciento de las viviendas en Puebla contaba con una computadora. Aunado a ello, el 44.2 por ciento de los domicilios registrados en la entidad no tenían acceso a internet.
La Asociación de Internet MX evaluó que, en 2022, la población adulta mayor, que abarca personas de 72 años en adelante, quienes son también conocidos como la “generación silenciosa”, son quienes padecen la brecha más grande de accesibilidad digital.
Estos datos preocupan a la doctora en Tecnología de Información y Análisis de Decisiones y directora de la Facultad de Tecnologías de la Información de la UPAEP, Sandra Rocío Murillo Cano, pues asegura que evidencian la fragilidad de Puebla frente a los nuevos retos globales en cuanto a temas tecnológicos.
Sostiene que, idealmente, la población tendría que estar familiarizada con los dispositivos electrónicos desde temprana edad, ya que esto haría más fácil la adaptación a la IA. Sin embargo, la realidad del estado provoca que una gran parte de la población enfrente amplias carencias derivadas de las necesidades laborales en el futuro.
Por si esto fuera poco, la investigadora reconoce que la brecha digital se acentúa muchas veces en adultos mayores, mujeres y las personas que son consideradas analfabetas.
Murillo Cano sostiene que la acelerada incorporación de estas herramientas trae consigo otras acciones negativas, como el robo de identidad, la vulneración de sistemas de seguridad privada y comunicaciones, etcétera, lo cual deja en desprotección principalmente a quienes desconocen el manejo de estas tecnologías.
Esto se hace especialmente complejo en un contexto en el que, para 2025, la IA será responsable de crear el nueve por ciento de todos los empleos a nivel mundial, enfatiza la académica.
Dispuestos a adoptar nuevas tecnologías
Con el objetivo de conocer los sentires y opiniones de los poblanos acerca de la inminente llegada de la IA a sus vidas, esta casa editorial conversó aleatoriamente con varias personas con ocupaciones completamente diferentes entre sí, quienes accedieron a compartir un poco de sus responsabilidades diarias, para compararlas con lo que pudiese hacer la IA en su lugar.
Diego Romero es guardia de seguridad en un fraccionamiento privado de San Pedro Cholula. Su turno es de 24 a 24 horas, es decir, trabaja un día entero y descansa otro. Para llegar a su puesto de trabajo se tarda más de una hora, por lo que a cada jornada laboral le invierte unas 26 horas aproximadamente, es decir más de 100 horas semanales.
Sus funciones se diversifican entre la vigilancia de la unidad habitacional y el control de ingresos y salidas, pero la mayor parte del día la dedica al control de acceso de residentes y visitantes. En promedio, cada día recibe a 100 personas, a quienes, además de registrar su información, debe permitirles el ingreso mediante la manipulación de la garita.
Aunque está seguro de que su oficio seguirá vigente algunos años más, al menos por las tareas de vigilancia, reconoce que será cuestión de tiempo para que la compañía que lo contrató comience a implementar el mecanismo de acceso por código, el cual puede hacer en segundos lo que él realiza en varios minutos.
Se trata de programas informáticos que utilizan la IA para personalizar los accesos y salidas de personas, usualmente mediante la utilización de teléfonos inteligentes. Con estos dispositivos se sustituirá por completo la labor humana en el proceso, a excepción de quienes se encarguen de dar mantenimiento a los artefactos, y para quienes lleven a cabo el análisis de la información.
Diego desconoce de qué forma puede capacitarse en el manejo de IA, incluso ignora si le será siquiera útil aprender sobre estos conocimientos en su empleo, pero tiene la intención de hacerlo.
Algo idéntico vive Javier Espinosa, quien cada noche, junto a su madre, monta un local donde elabora diversos antojitos mexicanos, como quesadillas y molotes.
Para él, la inteligencia artificial representa la oportunidad de incluirse en la nueva era digital. Javier afirma que no es usual que un pequeño negocio como el suyo se interese en incluir la IA entre sus procesos, sin embargo, está convencido de que este tipo de herramientas funcionan para todos, independientemente de la naturaleza de su empleo.
Los instrumentos que a él le gustaría tener son aquellos que te permiten realizar inventario de insumos o de recepción de órdenes, por ejemplo.
“Yo digo que sí es necesario, porque se está yendo demasiado lejos eso, porque incluso las máquinas pueden lavar trastes, y hasta sale más barato pagarles (...) por eso igual creo que sí es un un temor para mucha gente”, comparte.
Sin embargo, Espinosa menciona que hay utensilios que ya realizan alimentos con inteligencia artificial, sin embargo, asegura que ninguna máquina es capaz de igualar la sazón de una persona.
Rezago en legislación
En México no existe ningún marco legal que regule el desarrollo, ni tampoco la utilización, de la inteligencia artificial, mucho menos existe un estatuto que evite que un trabajador pueda ser sustituido por estas herramientas, apunta Zanella Palacios.
Desde su punto de vista, la necesidad de contar con una norma que sirva para reglamentar la IA es urgente, pues ello brindaría mayor confianza sobre este producto tecnológico y, además, evitaría que se ejerza un mal uso sobre él. El problema, sin embargo, es que la ley debe elaborarse con una perspectiva digital, pues de lo contrario se convertiría en letra muerta.
“Es urgente, pero no es simple, porque esto va cambiando muy rápido y la verdad es que, siendo sinceros, tampoco conocemos cuáles van a ser los alcances de esto (...) posiblemente la legislación hace que hoy tengamos una ley y mañana esa ley ya no sirve porque el software ya no se comporta de la misma manera, por eso es un reto”, manifiesta.
Al especialista le preocupa que las leyes mexicanas ni siquiera regulen el almacenamiento y control de la información que recopilan múltiples servicios digitales, entre ellos la inteligencia artificial, ya que los datos de millones de personas se encuentran vulnerables.
Por otro lado, otro tipo de herramientas, también de IA, como son los automóviles autónomos, por ejemplo, los de la marca Tesla, tampoco se encuentran normados en el país, lo cual agudiza el rezago de la legislación nacional en esa materia.
“México está rezagado en esa parte. No hay una ley que limite el uso de estas herramientas o que te diga hasta dónde pueden [usarlas]. Lo que tendríamos que hacer, primero, en términos de legislación, antes de pensar en siquiera legislar la inteligencia artificial, es regular el uso de los datos, porque al final de cuentas los datos que metemos a todas las redes sociales, ¿a quién le pertenecen?, porque se están usando indiscriminadamente”, advierte.
Auxiliar en labores creativas
El periodista René Valencia, quien colabora en diversos medios de comunicación locales y nacionales, se esfuerza por demostrar que la IA no está peleada con trabajos como el suyo, que requieren un esfuerzo creativo para concretarse.
Si bien la inteligencia artificial es capaz de escribir una nota periodística en segundos, el experto en comunicación asegura que es imposible que una máquina tenga las mismas capacidades creativas y de credibilidad que un ser humano, pues a las audiencias lo que les interesa es ver productos elaborados por personas.
No obstante, esto no significa que este instrumento debe estar peleado con el periodismo, al contrario, su utilización permite ampliar los alcances de la labor comunicativa.
Por ejemplo, Valencia emplea esta tecnología en la búsqueda documental de datos específicos, como son estatutos o información estadística, la cual regularmente puede consumir varias horas.
Aunado a ello, también funciona para leer documentos captados mediante fotografías o escáneres, esto sin mencionar que facilita los trabajos de transcripción del mismo modo.
En los últimos meses, el periodista ha elaborado por lo menos dos reportajes gracias al apoyo de la IA. Estos trabajos fueron publicados en medios de alcance nacional.
Una revolución digital
El maestro en Diseño y Comunicación Persuasiva y docente de la Facultad de Tecnologías de la Información de la UPAEP, Alejandro Eduardo Jarero Mora, sostiene que los cambios propiciados por la IA no son algo a lo que la humanidad sea ajena.
Es decir, si bien se prevé que su implementación modifique todos los procesos industriales del mundo, existen otros antecedentes históricos, como la Revolución Industrial, que demuestran que las sociedades han sido resilientes ante estos cambios.
Por ejemplo, antes de que existieran programas informáticos como Microsoft Excel, que se enfocan en realizar operaciones matemáticas en segundos, los contadores utilizaban diversos instrumentos para llevar a cabo sus tareas.
“Ha pasado históricamente, con estos empleos que se pierden van surgiendo otros, como en el tema de la contabilidad. Hubo un periodo en el que llegó software como Excel, que tabularmente maneja la información. Llega a Excel y desplaza todas esas personas que se dedicaban a llenar libros, o sus ayudantes, hay muchos auxiliares contables, ¿qué pasó con ellos? Tuvieron que aprender una nueva tecnología (...) Ahora no se dedican solamente a hacer contabilidad, sino que hacen análisis de información, auditorías; hacen muchas tareas que antes no podían hacer porque por todo el tiempo que les demandaba”, señala.
Aunque esta tecnología ahora es cotidiana en todo el mundo, el trabajo de los contadores sigue siendo útil para miles de personas, la diferencia es que ahora estos profesionales deben dominar perfectamente el uso de estas herramientas. Algo similar ocurrirá con la IA.
“A lo mejor se piensa que no me van a reemplazar, pero la idea que me gustaría dejar es que puede morir en algún momento el empleo, pero no nuestra empleabilidad”, añade el experto.
Para finalizar, la doctora Murillo Cano subraya que actualmente el mundo demanda nuevos profesionales en las Ciencias de Datos. De esta manera, enfatiza que la clave de adaptación será que las nuevas generaciones se adhieran a estos conocimientos cuanto antes.
“No es novedad que existe un déficit de personas especialistas en el área de Tecnologías de Información; de varios años a la fecha, no hay suficientes profesionistas capacitados en estas áreas, así que, para los jóvenes y para las personas que ya son un poco más grandes que quieren o están buscando alguna especialización o algo basado en Tecnologías de Información, sin duda, les dará grandes oportunidades laborales en múltiples sectores”, concluye.