El caso de los cinco trabajadores despedidos de Volkswagen de México en Puebla que lograron su reinstalación, ayer 6 de agosto, bajo el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR) del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), muestra que el acceso a la justicia laboral solo es para unos privilegiados que pertenecen a compañías trasnacionales, que son apenas el 29 por ciento de las personas económicamente activas, de acuerdo con especialistas.
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Para ellos, esto genera una enorme desigualdad en el sistema laboral, pues el otro 71 por ciento de trabajadores poblanos, que son víctimas de despidos injustificados, solo pueden aspirar a una liquidación, que en muchas ocasiones es inferior a lo establecido por la ley, debido a que forman parte de empresas que no exportan.
Con la presencia de actuarios de los Tribunales Laborales Federales, Volkswagen de México reinstaló, por indicación de los gobiernos de Estados Unidos y México, a cinco de los ocho empleados que había despedido injustificadamente a finales de 2023 y principios de 2024. El resto se reincorporará mañana jueves.
Todos ellos no solo gozarán de su mismo puesto, funciones, condiciones de trabajo y prestaciones que tenían al momento de su separación de la empresa, sino, además, se les pagarán los salarios caídos desde la fecha del despido.
Previo a su ingreso, a las 6 de la mañana, los técnicos relataron brevemente a El Sol de Puebla, que esto es un momento histórico, pues después de ocho meses de lucha, donde tuvieron desgastes económicos, emocionales, psicológicos, familiares y personales, la justicia prevaleció.
Salvador Anzures confía en que este tipo de movimientos colectivos hagan que se terminen los atropellos y violaciones laborales dentro de la armadora de automóviles, como ha sucedido en años anteriores.
Se trata de un choque de emociones, pues atravesamos por muchas cosas en todo este tiempo. Solo espero que terminen las injusticias, pues nosotros somos el claro ejemplo de que cuando hay algo turbio detrás, siempre va a prevalecer la verdad indicó.
Por su parte, Enrique Tepox aclaró que su lucha y triunfo será un parteaguas en el tema laboral de la entidad poblana, pues muchas personas se darán cuenta de que existen canales internacionales que pueden velar por sus derechos.
“Me siento contento porque esto es un triunfo de todos los trabajadores y de nosotros como despedidos. Esto abre un camino para que en Puebla no vuelva a suceder algo como lo que hizo Volkswagen de México con nosotros”, agregó.
Tras la reinstalación, Cristian Ortega Martínez, uno de sus representantes legales de los trabajadores, declaró que vigilarán constantemente a la empresa para que cumpla con todo lo establecido en el plan de reparación del daño.
Ahorita vamos a efectuar la reinstalación de los trabajadores. Tenemos que constatar que se cumplan todos los acuerdos del convenio y ver la buena fe de la empresa en recibirlos aseveró
Desde su perspectiva, si la armadora incumple con algo de lo acordado, se podría iniciar una sentencia en la que podría recibir sanciones, principalmente por el Gobierno de Estado Unidos, quien le podría aumentar los aranceles o negar las exportaciones a su país.
El acceso a la justicia laboral solo es para unos cuantos
Para Juan Alberto Vázquez Muñoz, profesor de la facultad de Economía de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), este hecho muestra que el acceso a la justicia laboral con apoyo de organismos internacionales, solo es para unos cuantos.
Desde su perspectiva, las únicas personas que pueden acudir al T-MEC son todas aquellas que laboran en empresas del sector manufacturero, como la industria automotriz, autopartes y textil, pues así está establecido.
Esto es algo que no lo van a vivir todos los trabajadores, pues solo los que trabajen en empresas que exportan podrán pelear por una reinstalación. Es algo positivo para ese grupo de personas, sin embargo, el resto se debe enfrentar a un sistema laboral mexicano deficiente expuso.
En este sentido, el experto explicó que actualmente hay 660 mil 865 empleados formales en la entidad poblana, de los cuales, 195 mil 673, es decir, el 29 por ciento, se encuentran dentro de la industria manufacturera, que serían los beneficiados por el T-MEC.
Desigualdad para acceder a la justicia laboral
Ante este panorama, David Gutiérrez Franco, director del programa de Ingeniería Automotriz y Mecánica en el Tecnológico de Monterrey Campus Puebla, considera que, en la entidad, así como en el resto del país, existe una enorme desigualdad para acceder a la justicia laboral, pues las personas que laboran en sectores como la ganadería, agricultura, comercio, hoteles y restaurantes, por citar algunos ejemplos, solo pueden recurrir a los sistemas laborales mexicanos.
Estos son los Tribunales Laborales, el Centro Local de Conciliación y Registro Laboral (CLCRL), así como el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCRL).
Desde su óptica, las personas que no tienen otra vía legal, más que el sistema mexicano, se enfrentan a procesos lentos, burocráticos y que solo otorgan una liquidación, en muchas ocasiones inferior a lo establecido por la ley, aunque hayan sido despedidos injustificadamente.
“Hay una enorme desigualdad institucional y, con esto, me refiero a que en México no hay igualdad en el acceso a la justicia (…) Unos pueden acudir a organismos internacionales y conseguir su reinstalación, pero otros, que son la mayoría, difícilmente pueden conseguir que los reinstalen y solo se quedan con una indemnización precaria”, expuso.
Es urgente fortalecer los mecanismos laborales en México
Por su parte, Aranzazu Mariana Paredes Cruz, abogada laborista, dijo que es urgente que en México se fortalezcan los mecanismos laborales para que todos tengan el mismo acceso a la justicia.
Para ello, recomendó a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) establecer lineamientos más claros e igualitarios para todos los trabajadores y reducir los tiempos de resolución.
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También pidió que en este cambio a la estructura laboral, también se deje la puerta abierta para que en determinado momento, todos los organismos internacionales puedan intervenir en cualquier sector productivo para resolver los conflictos, y no solo se centren en las empresas exportadoras.
