SAN MIGUEL TECUANIPAN, TOCHIMILCO. La primera de 20 viviendas para familias afectadas por el sismo del pasado 19 de septiembre fue entregada este jueves en esta comunidad cercana al volcán Popocatépetl por las actrices Ana de la Reguera, Esmeralda Pimentel y Olga Segura.
Se trata de la iniciativa emprendida por las tres mujeres mencionadas, a quienes se suma Kate del Castillo y Karla Souza, denominada “Los Ángeles en México” y cuyo fin es recaudar recursos económicos entre la comunidad mexicana en esa ciudad de Estados Unidos para financiar este esquema.
Las llaves de la vivienda quedaron en manos de la familia de Tobías; un viejo campesino de esta junta auxiliar rural cuyo patrimonio sufrió severos daños aquel martes del temblor.
De la Reguera dijo en entrevista exclusiva con El Sol de Puebla que la idea es edificar 20 casas, aunque por el momento ya cuentan con dinero para la mitad. Y una de éstas ya está lista para ser ocupada.
Es un hogar de cemento levantado en el patio de Tobías. Cuenta con cocina, baño, sala y una recámara, muy distinta del resto de adobe de esa zona.
“La idea es garantizar a estas familias un futuro certero a largo plazo. Y comenzamos con esta pequeña acción la cual servirá para contar con agua potable, luz y un techo seguro”, recalcó.
AYUDAN UNIVERSITARIOS
La Universidad de las Américas en Puebla (UDLAP) jugó un papel importante en este proceso de selección de la comunidad beneficiada. “Nos acercamos a ellos y plantearon un mejor panorama sobre las comunidades y familias con mayores carencias. Y a partir de eso encaminamos los esfuerzos hacia este lugar”.
El objetivo, adelantó la actriz, es mantener el ritmo de recaudación de fondos y finalizar la primera etapa de una decena de casas. “Por eso los invitamos a donar en nuestra página de Ángeles en México y ayúdennos. Se reciben hasta 10 pesos”, destacó.
DATOS DUROS
En San Miguel Tecuanipan, pueblo viejo, rural y cercano a don Goyo, el censo oficial indica 150 casas con daño total tras el sismo del pasado 19 de septiembre. De esas, solo 69 están en el censo del Fondo de Desastres Naturales (FONDEM). El resto de personas debe resolver su problema como pueda.
Desde Tecuanipan puede, dicen los moradores, sentirse los latidos del Popocatépetl. Tras una curva, aparece el pueblo: asoleado, amarillo por la arcilla y el polvo, tirado a la desgracia por el temblor, lleno de carpas color café.
Pero es una comunidad muy agradecida: en la entrada una manta, sí mal escrita, pero de solidaridad: “Gracias a todas las personas del mundo por su ayuda: Atentamente: habitantes de San Miguel Tecuanipan”.