El actor y escritor mexicano Andrés Zuno regresa a los reflectores con “Los hijos también lloran”, montaje que debutará hoy en el teatro del CCU de la BUAP con dos funciones: 19:00 y 21:30 horas, y el cual significa un proceso catártico para él.
Justo en 2017 lanzó el libro homónimo a su obra; al año siguiente la llevó a escena. En el elenco comparte cuadro con Ludwika Paleta, conocida por seleccionar minuciosamente cada proyecto que estelariza.
“Muy contento de estar en Puebla”, dijo emocionado Zuno, durante su visita, ayer a este diario y agregó sobre la trama de la historia.
Es una obra que sucede en los ochenta. La historia es la anécdota de un narrador que se planta en el escenario a repasar la muerte de su padre en 1985, cuando él tenía cinco años, y este narrador empieza a reconstruir los hechos a partir de la muerte de su padre
Andrés declaró que este proyecto fue liberador al plasmar su propia historia, pues él es ese pequeño que quiere recordar a su papá a través de canciones, telenovelas o de las anécdotas que le cuenta su madre, a quien en la obra encarna Ludwika.
A manera de recuerdo o de rompecabezas (este personaje) empieza a hilar todos los elementos que tiene, todos los recuerdos, todas las memorias; y a reconstruir esta historia de su infancia
Para lograr esto, el narrador viaja en el tiempo e irrumpe en el pasado, donde cuestiona a los personajes sobre su propia vida. A través de este proceso es que puede entender ciertas situaciones que, previo a esto, no tenían sentido.
Es una comedia, es una tragedia, es un melodrama. Se llama ‘Los hijos también lloran’ porque justo hacemos referencia a las telenovelas de los ochenta y a las historias que se contaban. Fusionamos la realidad con una historia verídica y la metemos al filtro de la televisión para contarla a manera de telenovela y de teatro y de documental y de musical, entonces es una obra que no se parece a ninguna otra y que sorprende
Al situarse en el México de esta época, la nostalgia es innegable. Quienes crecieron en dicha década se sentirán identificados con ciertos momentos, pero, aseguró Andrés, el guion permite a padres e hijos conectarse con sus emociones.
Además, va aderezada con referencia a “Mala Noche No”, programa icónico de Verónica Castro, las bandas Timbiriche y Flans, las cantantes Yuri y Lucero y hasta los Cazafantasmas y los Gremnlins.
Esta música fue el soundtrack de nuestras vidas y que sigue siendo referente de la cultura popular mexicana. Es un espectáculo divertido
En tono más serio, comentó que “Los hijos también lloran” responde a preguntas como “¿quién soy?” y “¿qué hago aquí?”.
Y, aunque está situada en los ochenta, la historia permite llegar a un público atemporal, por las referencias del día a día con estos años.
Hablamos de una historia personal. En realidad es para todos, creo que nuevas generaciones ven historias como esta y en retrospectiva hacen una comparación. ¿Cómo era la relación padres e hijos y cómo es ahora?
LOS COSTOS
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