Christian Nodal se había caracterizado por tener varios tatuajes en diferentes partes de la cara, algo que se había convertido en un sello de su imagen; sin embargo, tiempo después confesó que ya no quería tenerlos, por lo que comenzó un delicado proceso para quitárselos definitivamente.
El intérprete de ‘No te contaron mal’, explicó que esta decisión la tomó tras la llegada de su primera hija llamada Inti, pues aseguró que uno de sus principales deseos era que no lo viera con el rostro cubierto de esas marcas. Por ese motivo, pensó que la mejor decisión era iniciar con el tratamiento correspondientes para despedirse de ellos.
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En una reciente entrevista, el cantante de 25 años explicó que esto no ha sido fácil, pues ha sido un procedimiento doloroso, además, no ha tenido los cuidados necesarios para prevenir lesiones. Aun así, considera que no se va a detener.
¿Por qué se tatuó la cara?
Hace poco, Nodal acudió como invitado al podcast ‘Noche de Luz’, que es conducido por Luz García. En este encuentro él dio varios detalles sobre su vida personal, en especial acerca de su hija, pues recordó que su nacimiento se complicó y todo pudo haber salido mal, aunque al final su estado mejoró.
Del mismo modo, habló sobre el origen de sus tatuajes, pues explicó que se los hizo porque quería salirse de los estándares sociales, pues no quería quedar dentro de los estereotipos de los artistas del regional mexicano.
“Lo hice por rebeldía. Yo sentía que me querían encasillar, como 'que vaya a ser como don Vicente (Fernández)’”, luego agregó: “Quería no gustarle a la gente para que nada más le gustara mi música", apuntó.
Esta perspectiva cambió gracias a su primogénita, pues pensó que lo mejor sería que ella conociera su rostro sin ningún tipo de trazo. Poco después inició con el tratamiento correspondiente para retirarlos, aunque no ha sido sencillo.
¿Cómo ha sido este proceso?
Añadió que todo se ha complicado porque no se cuida:“Sí, duele mucho. Yo no soy tan disciplinado con esas cosas de cremitas, tiene mucho que ver todo eso. Se supone que es una sesión cada dos a tres meses. Yo ya tengo tres sesiones”.
Sostuvo que su falta de atención ha hecho que le queden algunas lesiones: “Pero se hacen unas llagas muy dolorosas, en la piel se hacen como unas bolas, bolsitas como de aguas, como si te quemaras básicamente. Yo uso sombreros, el sudor, las luces del escenario. Con el tiempo se han ido borrando un poquito más”.
Por último, puntualizó que no quería tener una mala estética: “Hay tatuajes que si tienen mucho significado, hay otros que no. Pero visualmente quisiera no parecer que me quedé dormido y me rayaron toda la cara”.