Germán Seseña, fotógrafo y amigo de Rigo Tovar, relata algunas aventuras

Pese a la muerte del cantante hace 13 años, el poblano Germán Seseña relata sus aventuras junto a él como amigo, fotógrafo y guardaespaldas

Maricarmen Hernández

  · domingo 9 de septiembre de 2018

Rigoberto Tovar García, mejor conocido como Rigo Tovar nació un 29 de marzo de 1946 en Matamoros, Tamaulipas.

El cantautor, intérprete de temas como "Perdóname mi amor por ser tan guapo" y "Cómo será la mujer", nació en el seno de una familia humilde rodeado de nueve hermanos.

En varias ocasiones el cantante reconoció haber vivido carencias en su hogar, sin embargo, eso no fue impedimento para convertirse en el iniciador de la música tropical en nuestro país.

En la década de los 70, Rigo inició su carrera junto al "Conjunto Costa Azul" con quienes ofreció su primer concierto en el salón Arturo's en Houston, Texas, ciudad a la que migró desde muy joven para desempeñarse, entre otras cosas como barman, tapizador, cuidador de camellos, restaurador de billetes y soldador.

Su vida estuvo llena de alegrías, éxitos y tristezas, las cuales compartió principalmente con sus músicos quienes se convirtieron en parte de su familia.

Así como ellos, el fotógrafo Germán Seseña también fue uno de sus grandes amigos quien en entrevista con El Sol de Puebla compartió algunas anécdotas que vivió junto con él.

“Yo era fotógrafo y me gustaba trabajar las fotografías instantáneas de Polaroid. Frecuentemente iba a las ferias y a los bailes. Recuerdo que una ocasión Rigo iba a tener una presentación en San Marcos, en el estado de Guerrero y con tal de verlo me fui hasta allá. Cuando llegué le dije a los secres -las personas que ayudan a cargar los instrumentos musicales- les dijo que les ayudaba a cargar los instrumentos que faltaban y que a cambio dieran chance de que me dejaran entrar al baile y ellos me dijeron que sí”.

Sin imaginarlo la vida de Germán tomaría un rumbo totalmente inesperado.

“Me puse a vender mis fotografías con algunas personas y cuando terminó el baile había como 15 muchachos muy tomados. Tiraron las bocinas, golpearon los instrumentos y llegaron al autobús de Rigo y lo empezaron a ofender, sus músicos se bajaron del camión y se armó un zafarrancho”.

Germán, lejos de apartarse del lugar, decidió intervenir para apoyar a los músicos.

“Yo vi cómo les estaban pegando a los músicos. Lo primero en lo que pensé fue en ayudarlos y recatar a algunos. Los revoltosos se pusieron muy agresivos, tanto que rompieron los vidrios del autobús. Salimos huyendo. Lo que hice fue subirme con ellos en el autobús de Rigo”, esa trifulca, a pesar de haberle dejado un par de heridas, marcaría el inicio de una serie de grandes vivencias junto a la leyenda de Matamoros.

“En Cuernavaca hicimos una parada para que los músicos se pudieran curar las heridas. En el transcurso ellos empezaron a hablar maravillas de mí y me daban las gracias por haberlos ayudado a salir del problema. La plática llegó a oídos de Rigo y preguntó -¿quién es ese tal Germán del que tanto hablan? Y dijeron:- es el fotógrafo está por allá, en un rincón.

Me mandó a traer y me dijo: mis músicos hablan maravillas de ti, dicen que los rescataste y te lo agradezco, pero dime qué andas haciendo acá, y le respondí: soy fotógrafo y soy de Puebla”.

Desde ese momento la conexión entre ellos fue tan buena que el intérprete de “Mi Matamoros querido” le ofreció trabajar con él, oferta que de inmediato aceptó.

“Me dio chance de retratar a la gente con él. Yo tomaba las fotos y me llevaba mi dinerito, pero cuando había trancazos me volteaban a ver para entrarle. Así me gané su confianza y después fui su chofer, su guardaespaldas, su amigo y hasta su compadre.

Cuando filmaba sus películas yo andaba con él, viajábamos juntos al extranjero, agarramos mucha amistad tanto que lo consideré como un hermano, de hecho él me bautizó a uno de mis hijos, la amistad se fortaleció con los años”.

Incluso un 10 de enero de 1980 Rigo se ofreció para cantar en la boda de Germán.