SAN SEBASTIÁN.- Hugh Grant fue uno de los actores másrequeridos en la década del noventa para roles de seductor. Yaunque a los 56 años aún conserva un buen aspecto, él no creeser una figura atractiva para las nuevas generaciones.
"No creo que para ellas sea un sex symbol, más bien soy unacuriosidad", aseguró en un encuentro con la prensa en el marco delFestival de Cine de San Sebastián.
TUVO MIEDO DE MERYL STREEP
El británico acudió al certamen español para presentar, en lasección Perlas, una comedia sobre la posiblemente peor soprano dela historia: "Florence Foster Jenkins". Dirigida por Stephen Frears("Alta fidelidad"), la película cuenta con Meryl Streep en la pielde esta anciana millonaria con aires de diva y totalmente ajena ala realidad, mientras que Grant da vida al fracasado actor que seconvierte en su marido y mánager.
Grant no tuvo reparo en reconocer ante los medios lo mucho quele asustaba trabajar junto a Meryl Streep. "Pensar en que tienesque estar frente a una mujer que ha sido 19 veces nominada al Oscarimpone mucho", declaró. Por eso, se preparó "más que nunca" paraeste papel e intentó que su interpretación mostrara también eselado trágico del personaje.
EL BREXIT Y SUS RISAS
Por otra parte, el londinense se refirió al Brexit, al cualcalificó de "demasiado agotador" y confesó que la imagen debromista que ofrece muchas veces en el cine no es tanto él sinouna actitud nacional: "Cada cultura prioriza una cosa: losfranceses comida y sexo; los británicos, los chistes". De hecho,confesó que realmente tiene un problema con el humor al actuar,pues es incapaz de aguantarse una carcajada.
"Por eso dejé el teatro, porque cada vez que decía algogracioso y el público se reía, yo no podía evitar reírme". Algoque, por supuesto, sucedió muchas veces durante el rodaje de"Florence Foster Jenkins", contó.