El conocido como “El Caballero de la hipnosis”, John Milton, estuvo de visita por Puebla para dar un evento y platicar con esta casa editorial de lo que ha sido su carrera de más de treinta y tres años; confesó pretende “hipnotizar” hasta los últimos días de su vida.
John reveló que la primera vez que estuvo en tierras poblanas fue cuando era menor de edad, ya que acompañó a su padre, el médico e hipnólogo brasileño Taurus do Brasil, quien se presentó en el Teatro Principal, “él fue mi gran maestro”, indicó.
Milton se fue preparando académicamente hasta darse cuenta de que lo suyo era la hipnosis, por lo que comenzó a estudiar, tomando cursos, talleres y maestrías que hoy lo han formado como uno de los personajes más conocidos dentro del gremio.
La gente emite juicios sin conocer
A lo largo de sus tres décadas se ha encontrado con diferentes pensamientos, desde personas que creen en lo que él hace, hasta gente que lo encara “intentando desmentir” lo que realiza.
“Lo más complicado es poder comprender las disparatadas del ser humano, donde muchas veces sentimos un juicio y ese juicio lo convertimos en una opinión, se dan perspectivas sin tener conocimiento y eso me parece injusto que lo hagan. Soy un cañón suelto, por eso me gusta divertirme en mis eventos, es una hipnosis fuera de lo clínico”, señaló.
La hipnosis no hace daño: JM
John Milton presume tener testimonios de personas que se han hipnotizado con él, tanto en el público en general como celebridades y deportistas, tal es el caso de Eduin Caz de Grupo Firme y el futbolista del equipo Tigres, André-Pierre Gignac.
Aseguró que ha programado el cerebro de la gente para eliminar estrés, crisis de ansiedad, insomnio, ayudar a dietas, ser líderes, entre otras cosas más, en las que interfiere el pensamiento humano: “La hipnosis no hace daño a las personas, es un estado mental, nadie puede ser programado de mala manera, ya que no se puede ir en contra de la voluntad del ser humano”, puntualizó.
No hipnotiza de manera independiente
Algo que le han cuestionado a John es por qué no da consultas privadas para ayudar al que lo requiera, él responde que prefiere hacerlo de manera masiva, ya que es una figura pública y prefiere que todos observen lo que es capaz de hacer.
“Con una consulta quizás ganaría lo que gano por hacer un show, pero no es así, estoy satisfecho por lo que he hecho y voy a seguir hipnotizando hasta el final de mis días”, añadió.
Es ahí cuando nacen sus eventos que ha presentado en gran parte de la república mexicana, así como en otros países, donde llega a hipnotizar a todas las personas que estén dispuestas.
“En cada evento explico lo que es la hipnosis, porque sé que siempre habrá las preguntas de que si no tengo gente contratada o de que si no seré un charlatán más, o que si no son acarreados. Siempre procuro subir a los escépticos a mis eventos, para que ellos se respondan (…) curiosamente la gente después de ser hipnotizada quiere más, quiere que se eliminen ciertos problemas”, destacó.
El hipnotista programa los cerebros de sus asistentes para que ellos puedan lograr lo que tienen en la mente y a la vez aprovecha para jugar con ellos ya que están en un estado inconsciente, haciéndolos bailar, actuar, entre otras cosas más, provocando la risa de la gente que los observa “A decir verdad, el 97 por ciento van a divertirse de lo que ven, pero luego se ponen a pensar lo que está pasando, por eso para muchos esto es un espectáculo, pero va más allá”, añadió.
Hipnotizó a poblanos
En la noche del pasado 19 de septiembre tuvo un evento en el Auditorio Explanada Puebla, donde hizo su rutina y explicó a la gente que para llegar a la hipnosis debían pasar por cinco estados: rapport, letárgico, vigilia, sonambulismo y cataléptico.
Más tarde invitó a quien quisiera ser hipnotizado que siguiera su ritmo y de a poco se percibió que decenas de personas se quedaban dormidas y luego hipnotizadas a la par de su palabra “duérmase”, por lo que muchas comenzaron a llorar.