Once veces, la emblemática banda estadounidense Chicago hapisado tierras mexicanas para deleitar a sus fans; sin embargo,los poblanos tuvieron que esperar 50 años para que laagrupación visitara nuestro estado y pudieran disfrutar en vivode sus grandes éxitos, los cuales interpretaron con gran energíasobre el escenario del centro de espectáculos Acrópolis la nochede este viernes.
Al filo de las 21:15 horas Robert Lamm, Lee Loughnane, JamesPankow, Tris Imboden, Jeff Coffey, Walfredo Reyes Jr., Ray Herrmanny Keith Howland se presentaron ante casi 6 mil almas que esperaroncon emoción para escuchar sus icónicos temas.
Con una introducción musical de casi cuatro minutos, losintegrantes de la agrupación dieron inicio a la primera einolvidable noche con los poblanos.
El saxofón, la guitarra, las percusiones, las baterías ydemás instrumentos se fusionaron a la perfección para crear unamezcla de sonidos de rock, soft rock, jazz, jazz fusión y un toquede blues.
La primera canción que interpretaron fue "Sun", con la que deinmediato estremecieron a los presentes. "Call on me" y "Searching"también formaron parte de la apertura.
La intensa energía musical se proyectó en cada una de susintervenciones, pero, por unos instantes, los bateristas bajaronun poco la fuerza de sus instrumentos para que el grupointerpretara al estilo acústico "Leave me", canción que hizocorear al unísono a los presentes.
Hasta ese momento, el diálogo con el público únicamentehabía sido con la música, hasta que James Pankow, apoyado de unguion escrito en papel, dedicó unas efusivas palabras enespañol: “hola, Puebla. ¡¿Cómo están?! Estamos emocionadospor estar aquí”.
Las palmas y gritos de emoción no se hicieron esperar ycontinuó: “gracias por estos 50 años de carrera, esperamosestar otros 50 años más con ustedes”; los aplausos sonarontodavía con mayor fuerza.
La noche continuó con “Raining Day” y “Look Away”, peroal término de esta los integrantes nuevamente optaron por hacer uncambio de ritmo para dar pie a "Ballet" al estilo acústico.
Esta agrupación, que ha sido considerada por larevista Billboard -desde 2008- como la más grande bandaestadounidense de todos los tiempos, hizo honor a dicho título yno defraudó a sus seguidores al complacerlos con poco más de doshoras de música continua, y, aunque dedicaron pocas palabras alpúblico, Robert Lamm hizo un espacio para presentar a cada uno desus compañeros, destacando la pasión y entrega que cada uno hahecho a lo largo de este tiempo, incluido elpercusionista Walfredo Reyes Jr., quien forma parte de la cuartageneración de la banda.
Su visita, que formó parte de la gira denominada "50 years ofChicago", fue el pretexto perfectopara crear una verdaderacelebración entre sus seguidores de antaño y las nuevasgeneraciones que se dieron cita para corear "Old days" "Happyman", "Time", “Habbit” e “Inspiration”.
Como parte de los festejos de sus 50 años de actividad, laagrupación comenzó el año con el lanzamiento en CNN deldocumental "Now more than ever: the history of Chicago", video quenarra su trayectoria desde sus inicios, y, aunque no loproyectaron durante su concierto, sí compartieron, en las trespantallas gigantes, algunas fotografías de sus más destacadosmomentos.
La energía de los legendarios músicos aumentó conformepasaban los minutos, mientras contagiaban al público de toda esapotencia que habían reservado para esa noche tan especial.
Pankow, con su acento estadounidense, nuevamente tomó lapalabra y preguntó con euforia: “¿¡están divirtiéndose!?”,y el público respondió con un fuerte: “¡síiii!”.
El trombonista nuevamente cuestionó: “¿quieren oírmás?”, y un “sí” más intenso rezumbó por el auditorio; elmúsico replicó: “¡Puebla, a gozar!”, y los acordes de“Beginngs” se hicieron escuchar.
Después de un largo repertorio de éxitos, los integrantes dela agrupación se retiraron del escenario para dejar que WalfredoReyes y Tris Imboden hicieran un increíble duelo de baterías.
Mientras ellos se lucieron, Robert Lamm y Lou Pardini seacercaron a las vallas metálicas para ver de cerca al público, y,aunque las estructuras los separaban de ellos, esto no fueimpedimento para que complacieran a algunos afortunados con lafoto del recuerdo.
Otro de los momentos más sobresalientes de la velada fue cuandoen las pantallas se proyectó la imagen de la bandera de México,lo que causó que el sentimiento de alegría se desbordara, el cualse reflejó con un prolongado aplauso.
Sin duda, la espera de 50 años por ver a la banda –que tieneen su haber más de 20 álbumes de estudio, 4 en vivo y 17recopilatorios– valió la pena.
Para finalizar su magna presentación, Pankow dedicó uncontundente mensaje: “¡gracias, Puebla! ¡Los amamos! ¡ArribaMéxico!”, con lo que cerraron la espectacular y quizá únicanoche que compartirán con los poblanos.