El mundo de la historietas japonesas está de luto tras la muerte de Kazuo Umezu, un dibujante japonés conocido por crear diferentes obras relacionadas con lo sobrenatural y el miedo, por lo que recibió el apodo del ‘Dios manga de terror’. La noticia de su deceso fue confirmada por uno de los representantes de la casa editorial a la que perteneció.
El artista perdió la vida a los 88 años el pasado 28 de octubre, aunque fue hasta este martes que fuentes cercanas a él lo anunciaron, justo como lo hizo su estudio UMEZZ. A través de un comunicado se dijo que se realizó un funeral privado en el que solo estuvieron presentes sus familiares y los integrantes de su circulo profesional.
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Hasta el momento no han confirmado la causa de su deceso. Distintos medios internacionales, como la agencia de noticias EFE, precisaron que es recordado por su amplio legado dentro del manga, que es la palabra que reciben los comics y novelas gráficas de origen nipón que se han convertido en un elemento importante en la cultura popular.
¿Quién fue Kazuo Umezu?
Fue un dibujante y productor nacido en la prefectura de Wakayama, ubicada al oeste de Japón en 1936. Los medios locales señalaron que durante su infancia se mudó a la prefectura de Nara, en donde pasó gran parte de su vida.
Desde que era muy joven mostró tener un gran interés por los comics y por crear sus propios proyectos. Algunas de sus obras más populares con toques de terror y suspenso fueron ‘Reptilia’ y ‘El chico ojos de gato’.
‘El Dios del manga de terror’ debutó como dibujante a la edad de 19 años con una adaptación del cuento clásico de ‘Hansel y Gretel’ de nombre ‘Los hermanos de Mori’. Su gusto por este tipo de materiales vino por su padre, quien le contaba historias llenas de fantasmas y seres tenebrosos.
Aunque al principio hacía trabajos infantiles, con el paso de los años se unió a un movimiento conocido como Gekiga, que tenía un ritmo similar al cinematográfico que estaba conformado de aspectos del cine negro y de la ciencia ficción.
Su logro más importante
En 1974 ganó el Premio Shogakukan en la categoría general por ‘Aula a la deriva’, una obra que narra la historia de un grupo de alumnos de primaria que pueden viajar al futuro, en donde se topan con una realidad peligrosa.
Este fue uno de los reconocimientos más grandes de su carrera, pues ese galardón es conocido por tener un gran prestigio en el área del manga en ese país. Debido al impacto que tuvo esta publicación, algunos productores se interesaron en adaptarla.
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Fue de esta manera como ‘Aula a la deriva’ tuvo la oportunidad de llegar a la pantalla grande como una película. Este no ha sido el único premio, ya que igual le otorgaron el Premio Patrimonio del Festival de Angulema en Francia por su libro ‘Yo soy Shingo. Tomo I’ del 2018.