Una mujer llora desconsolada en el altar de una iglesia al saber que su hijo es un criminal; una reportera que, en busca de la noticia y las exclusivas, se ve envuelta entre capos y una ama de casa que cambia su vida cuando en el patio de su casa cae un paquete con dinero derivado del narcotráfico, son parte de las historias que se develaron en la obra Estelas del narco.
La noche de este miércoles Irán Castillo, Fabiola Campomanes, Dayana Garroz, Gala Montes, Ximena Herrera y Lisa Owen se apoderaron del escenario del Auditorio Cultural Universitario para narrar mediante monólogos las vivencias con las que sus personajes fueron afectadas por el narcotráfico.
El primer monólogo abre con los beats raperos de México lindo y bandido de Cartel de Santa, tema que anuncia la atmósfera de la línea narrativa.
Con un cambio brusco en la música, se escuchan cantos celestiales para adentrar al espectador a una iglesia, en donde una madre llora por haber “perdido a su hijo”.
Se lamenta no haber sido una buena madre y sufre al saber que su hijo Fermín de tan solo 15 años ya está metido en “negocios sucios” que le hacen ganar mucho dinero.
Su amor de madre es inmenso, pero sabe que su hijo es un criminal y que debe pagar en la cárcel cada uno de actos.
La luz se apaga y da pie a una nueva historia, ahora es una reportera que, cansada de hacer boletines para un narcodiputado, se adentra al mundo criminal para conseguir una nota exclusiva y tener sus quince minutos de fama en los medios.
A pesar del peligro que esto conlleva, su deseo por conseguir “historias reales” es más fuerte y acepta una entrevista frente a frente con el Diablo, un peligroso capo de la droga que le cambiará la vida… para mal.
Aunque las primeras historias fueron retomadas de hechos reales, otras fueron más fantasiosas como la historia de una ama de casa a la que de manera sorpresiva le cae del cielo un paquete con fajos de dólares derivado del narco.
En un principio sus ojos se llenan de luz al saber que es millonaria, pero sabe que tener ese dinero en sus manos es poner su vida en peligro.
Aunque el escenario fue muy austero, tres pantallas gigantes sirvieron de apoyo para mostrar imágenes relacionadas a cada una de las historias, dando mayor peso a la interpretación actoral y el discurso.
Historias de cantantes asesinados por los supuestos vínculos con el narco han sido noticia en más de una ocasión, tema que, de manera más suavizada, fue abordado con el monólogo de Estela, una chica que anhela grabar su disco de banda pero que no cuenta con los recursos para llevarlo a cabo.
Su deseo por ser famosa la lleva a ofrecer conciertos privados para “gente pesada” como les dice ella, pero que poco a poco la empiezan a vincular más y más en el negocio.
El tema de las redes sociales y la producción de narco series también tuvieron su espacio para mostrar las diversas vertientes en las que el mundo activo de los carteles se ha involucrado.