“I’m singing in the rain, just singing in the rain…” Mientras suena esta aclamada canción en la voz de Alex, un joven vestido totalmente de blanco con sombrero y pestañas alrededor de todo su ojo golpea a un matrimonio dentro de su propio hogar. Lo acompañan sus drugos, tres tipos que destrozan toda la casa y observan cómo Alex viola a la mujer en el cuarto.
Esta es sólo una de las escenas de la icónica historia de La naranja mecánica, una novela escrita en 1962 por Anthony Burgess y llevada a la pantalla grande por Stanley Kubrick en 1971, quien la volvió un clásico en la historia del cine por su atractivo visual, pero también por tratar la manipulación mediática y política del gobierno frente a la sociedad civil.
Ahora, esta historia se transporta al escenario teatral con la dirección del argentino Manuel González Gil, quien realizó la adaptación de la historia para llevarla al Teatro Sogem Wilberto Cantón, donde comenzará funciones de jueves a domingo a partir del 6 de abril.
“La obra habla de algo muy especial que nos toca en este momento de manera transversal. Habla de las injerencias que los gobiernos quieren tener sobre las libertades individuales de una persona, cómo pueden gobernar tus decisiones”, explica director González Gil, quien también ha adaptado a teatro las cintas Los 39 escalones y Extraños en un tren de Alfred Hitchcock.
“La película habla de hacerlo a una sociedad carcelaria, pero con la idea de que si esto funciona inmediatamente empezamos a hacerlo con la sociedad educativa, la universitaria y tienen un pueblo bajo control. Esto fue la idea pensada por Kubrick y por Burgess, sobre cómo los gobiernos pueden tener injerencia en sus gobernados”, afirma.
La transcendencia de La naranja mecánica es indiscutible, por eso llevar la adaptación a teatro es un compromiso mayúsculo. Sin embargo, el director Manuel González Gil enfatiza en algo: “El tema es no comparar, una cosa fue la novela que escribió Burgess y una muy diferente la que hizo Kubrick en el cine. Mucho más distinta es la versión teatral que se maneja en un lenguaje absolutamente diferente”.
El teatro tiene su magia, pero también sus limitaciones. Por eso es que el mayor compromiso de la puesta en escena es mantener la esencia de lugares tan icónicos como el Bar Korova. “Partimos de un escenario general donde los mismos actores van recreando los espacios. Son seis hombres y una mujer en escena, todos menores de 30 años que van contando todos los personajes, salvo el papel de Alex, que no cambia, por eso son todos protagonistas: uno puede hacer al alcalde, y al escritor o al consejero correccional… todos son centrales”.
DESTINADO A SER ALEX
Leo Deluglio será el encargado de interpretar a Alex, el famoso personaje que Malcolm McDowell inmortalizó en cine en 1971. Aunque el actor realizó un largo proceso de casting para hacerse de este papel, parece que el destino le tenía reservada esta oportunidad, pues desde hacía tiempo tenía una conexión con él.
“Casualmente recuerdo un Halloween hace dos años donde me vestí de Alex, todo de blanco, con el ojo… siempre fue un personaje que me llamaba la atención. Me dijeron que me parecía, entonces cuando me enteré de la audición vine con ganas de quedarme y de meterme en la piel, y sucedió. Entendí de qué iba el personaje y eso provocó mayor una exigencia mayor de la que traía como propuesta”.
Alex es complejo por naturaleza, admite Deluglio, pues tiene una fuerza difícil de comprender. “Es difícil hablar de ello, porque él siente que le está haciendo un bien a la sociedad con la forma en que opera, con todos estos asesinatos, con golpear a la gente, cree que está haciendo una justicia”.
“Y esa fuerza reside ahí, en su creencia de que está bien, de que va a ir adelante con eso. Personalmente le voy encontrando en cada ensayo algo que suma a esa fuerza para que se vea y se note que no es simplemente un asesino o un violador, porque también es un poeta, tiene un buen gusto por la música, una forma de hablar que no es cotidiana”.
La obra producida por Sergio Gabriel también cuenta con la participación de Carlos Fonseca, Solkin Ruíz, Florencia de Blauve, Erik Díaz, Antonio Alcántara, Alfredo Gatica y Kevin Holt.
La naranja mecánica iniciará funciones el próximo 6 de abril, teatro Wilberto Cantón
La obra habla de las injerencias que los gobiernos quieren tener sobre las libertades individuales de una persona, cómo pueden gobernar tus decisiones
Manuel González Gil, Director