La película del cineasta mexicano Carlos Reygadas, elogiado por su cine poco comercial y de autor, en concurso este miércoles en el festival de Venecia, suscitó aplausos por su larga disección de la crisis de un matrimonio que vive retirado en el campo.
Con su nueva cinta, que lleva el título "Nuestro tiempo", Reygadas se confirma como un autor coherente con su deseo de libertad creativa para narrar en 150 minutos la crisis de una pareja que vive en una finca entre caballos y toros de lidia.
"Es un filme sobre el tiempo", explicó el cineasta, quien es también el protagonista, en el papel de dueño de la finca y poeta famoso, junto con su verdadera esposa (Natalia López) y sus verdaderos hijos.
"No es una cinta autobiográfica", precisa y repite el realizador que rechaza la idea de un cine concebido "para contar historias, eso es secundario", dice.
"El tiempo es la cosa más bella del cine. Todo lo que el ritmo puede construir", subraya el cineasta.
Generosamente aplaudido en su primer pase a la prensa, rodado con sistema digital, el filme concede mucho tiempo a la naturaleza, a ríos, árboles, bosques y también a los animales, caballos, perros, toros.
Una escena de violencia brutal, cuando un toro de lidia embiste a un caballo hasta sacarle las entrañas, resulta la metáfora con la que materializa los fantasmas de ambos.
"Adoro los toros, aunque están pasados de moda", lamentó el cineasta quien por primera vez participa a la Mostra veneciana tras haber conquistado Cannes (Francia) con Batalla en el cielo (2005) y Luz silenciosa (2007), que obtuvo el Premio del Jurado.
UN MUNDO AGOBIANTE
Rodada en el estado central de Tlaxcala, el mundo de Reygadas en el papel del poeta Juan, con sus bellas imágenes y su hermosa mujer, se está por derrumbar, está por cambiar, resulta paradójicamente agobiante.
La relación abierta, moderna, cosmopolita que tenía con su mujer entra en crisis con la llegada de otro criador de caballos, el actor profesional Phil Burger, en el papel de vaquero estadounidense, el cual rompe los equilibrios, la serenidad, generando una profunda reflexión sobre el amor, las relaciones sexuales, el tiempo.
Reygadas confesó que decidió ser el intérprete de su filme al no poder encontrar a un actor que pudiera funcionar como escritor y que supiera efectuar las labores de campo.
"Cumplo el papel dignamente. Era el único oficio que no había hecho hasta ahora", bromeó, tras explicar que los personajes del filme dejaron de ser aquellos de la realidad tras el rodaje.
"No somos más nosotros", dice.
El director confiesa que al asumir el papel de actor pudo incidir en los tiempos, en el ritmo, en la intensidad de las respuestas, en la velocidad de los desplazamientos desde la escena, una experiencia que técnicamente lo enriqueció.
"Es lo más hermoso que me ha aportado, comprender desde otro punto de vista a los actores", añadió.
El tercer latinoamericano invitado para la competición oficial, junto con "Roma" de su compatriota y amigo Alfonso Cuarón y el argentino Gonzalo Tobal con "Acusada", no quiso entrar en el debate sobre la poca representación de mujeres directoras de cine entre las 21 películas seleccionadas.
"El mundo tiene muchos problemas, entre ellos la baja representación de mujeres en todas las citas de poder (...) Pero también se podría debatir de la poca representación de películas no cristianas o de las pocas del llamado mundo del medio...", respondió.