Sasha Montenegro con una carrera de poco más de 34 años en la industria del cine mexicano, murió la noche de este 14 de febrero a consecuencia de un derrame cerebral derivado del cáncer de pulmón que padecía a los 78 años. Le sobreviven su hija Nabila López Acimovic, de 38 años y Alexander López Acimovic, de 36.
La artista de nombre real Aleksandra Acimovic Popovic de origen italiano-yugoslavo nacionalizada mexicana, arribó a México a la edad 23 años para hacer una brillante trayectoria como actriz, en opinión del experto y crítico cinematográfico y de televisión, Roberto Rondero.
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Sasha Montenegro inició en el cine, donde cuenta con una filmografía de más de 70 cintas. En 1972, con la película de Rubén Galindo, “Un sueño de amor”, protagonizada por José José, Verónica Castro y ella. Actuó al lado de El Santo en cuatro filmes, entre estos, “Santo contra los asesinos de otro mundo” y “Santo contra la magia negra”.
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Fue la diosa del cine de ficheras desde los años 70 y 80, con cintas de papeles generosos, hasta llegar a ser la protagonista, como “Bellas de noche”, 1975; “Oye Salomé”, “Noches de cabaret”, “Las cariñosas”, “Pedro Navaja”, “El hijo de Pedro Navaja”, “El sexo me da risa”, ‘La pulquería 1” y “La Pulquería 2”; su última película fue “The End Of Silence”, de 2006.
“A Sasha hay que inscribirla en un periodo de cine de ficheras definitivamente, trabajó al lado de grandes comediantes como Alfonso Zayas, Rafael Inclán y con el galán Andrés García”, explica Rondero.
“En cada historia de ficheras, sin duda resaltaba por su belleza y atractivo. Era de un atractivo físico distinguido que se salía del contexto de las demás actrices, era demasiada su belleza y su atractivo como para haberla encasillado en alguien con sólo un cuerpo bonito, que era lo que buscaban los productores de la época de los años 70, 80 y principios de los 90.
“Sasha conjunta un rostro muy especial y no un rostro típico de las actrices mexicanas o latinas, eso gustó mucho. Sasha mostraba un sex appel muy especial, tenía personalidad, tenía carácter. No se limitaba a hacer la parte del atractivo visual y cuando se trataba del desnudo total, lo hacía sin mojigaterías. Por algo fue ascendiendo a más protagónicos en el cine de ficheras y de otros géneros de drama y comedia. El boom de cine de ficheras, no se puede concebir si no está la imagen de Sasha Montenegro”, apunta el experto.
Su historia de amor con José López Portillo
No se puede separar el cine de su vida privada. Sasha Montenegro fue el amor del entonces presidente José López Portillo, con quien se casó en 1995.
“Sasha sí toma una decisión en el amor y también pagó por esas decisiones de vida, en un momento que había un partido hegemónico en el poder, que era el PRI, ella rompe con ese esquema de la primera dama, de que debería casarse por la Iglesia y demás.
“En ese momento hay un escándalo por la relación que tuvo con José López Portillo, que estaba casado, fue un escándalo mediático. Sasha al no ser mexicana de origen, no busca ser la primera dama oficial, sino que lo acepta casado. Más adelante López Portillo resuelve su vida privada y contrae matrimonio con ella, con todas las de la ley”, señala Roberto Rondero.
“La actriz rompe con todo protocolo en México y plasma su posición ya de esposa. Sabía que iba a recibir de cualquier forma ataques y qué bueno que no vivió lo de las redes sociales, si no, habría sido viral diariamente. Ella siempre mostró esa determinación y lo que se proponía lo lograba. Las comparaciones fueron tremendas en su época, y logró ser la señora de López Portillo.
“Bien se pudo hablar de ella que se casó con el presidente por una cuestión de dinero o la posición social que implicaba estar al lado del que fue el presidente de la república, pero creo que Sasha era alguien que no se arrepentía de sus decisiones y aguantó vara mucho tiempo.
“Todo mundo la atacó en su momento, sin embargo después le fue mostrando a la sociedad lo poco que le importaba el qué dirán. A Sasha le importaba la vida que llevaba con su esposo y sus dos hijos”.
Rodeada por la polémica
El experto menciona la complicada relación de la artista con “una enemiga acérrima”, la periodista Isabel Arvide, que indagaba en temas del medio político, “y se convirtió en su sombra”.
Para Rondero, socialmente a Sasha Montenegro “más que tacharla de ‘quita maridos’, el haber sido parte del cine de ficheras y convertirse en esposa de un todopoderoso, no se le perdonó. Me gustaba mucho que tenía un manejo personal, una seguridad tremenda. Nunca la vi dudando y que fuera vulnerada. Para las cámaras tenía una sonrisa muy cautivadora.
“Era muy decidida en lo que hacía, poco le importaba tener enemigos públicos o a la sombra, ya que los ataques que tuvo fueron fuertes, como el hecho de estar vetada en la televisión mexicana por mucho tiempo. Se le consideraba alguien que había roto las reglas, porque no sólo se quedó en ser la amante del político como en su momento La Tigresa con Gustavo Díaz Ordaz, ella se dijo ‘yo voy en serio’, y no tuvo por qué ocultar nada de su amor y de su vida privada”.
Destaca cómo, su relación con López Portillo, “le hicieron un bien a la política y al medio artístico, fue una decisión personal, le guste a quien le guste y si lo hizo bien o lo hizo mal, es Sasha Montenegro; como actriz se le debe mucho, había tanta hipocresía en el cine mexicano, por la censura y autocensura.
“Sasha es de un grupo de actrices valientes, que decía, ‘aquí estamos, es mi cuerpo, lo exhibo y lo luzco como se me dé la gana’. Y sí, se desnudó y no se ponía ‘la franela’, abrió las posibilidades en una sociedad de doble moral para las mujeres, muy limitadas a ciertas actividades y ciertas cosas, o eras una pecadora o una santa. Sasha Montenegro fue una mujer artista de cuerpo completo para el cine mexicano”.
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Finalmente, el experto recomienda revisitar su filmografía, “y captar de qué manera se divertía en cada escena. Además, aprendió de muchos comediantes de la época y de productores, porque ella no necesitaba decir groserías o entrar a las pulquerías: llegó a dominar el albur, porque lo aprendió de grandes maestros”.