Sorprende Réquiem a Puebla con caso sobre la pena de muerte

Ludwika Paleta y Hernán Mendoza ponen a prueba la fe

Alan A. Luis Diego

  · miércoles 31 de octubre de 2018

Foto: Alan Diego

El debate sobre si un niño de nueve años de edad que asesinó a cinco de sus compañeros en Estados Unidos debe ser ejecutado por pena de muerte, cimbró este miércoles a Puebla en el teatro del CCU de la BUAP con la puesta en escena “Réquiem”.

Ludwika Paleta y Hernán Mendoza interpretaron a dos personajes que toman una posición concreta en este caso. Ella es la abogada atea que busca la justicia y él, un enviado de Dios, el sacerdote que quiere que perdonen al niño bajo la convicción de que todos tenemos una segunda oportunidad.

En 60 minutos llevaron al espectador por la ironía, el sarcasmo, la comedia y, por supuesto, el drama. Ella establece puntos desde la lógica común: si cometes un crimen debes de ser castigado para enseñar que existen límites. Por su parte, él cree que Dios es la salvación y que la humanidad debe demostrarlo con amor y perdón.

Los argumentos, que se desarrollan en una sala de espera, son álgidos y acalorados. La abogada, egresada de Harvard, es fría y calculadora. Para ella el niño debe morir por inyección letal porque ese es su trabajo: hacer saber que nadie puede pasar por encima de la ley.

El sacerdote, si bien poco convencional, alejado de la figura de un clérigo dulce e inocente, trata de convencer al personaje de Ludwika de intervenir para que el infante no sea ejecutado, quizá por su propia culpa de haber, accidentalmente, atropellado a una niña.

Ambos empiezan a sacar lo peor de cada lado. Los religiosos que han sido acusado de pedófilos y recibir limosnas mientras yacen refugiados en sus templos. O los abogados, cuyo único fin es ganar un caso sin importar de quién se trate.

Los personajes llevan sus puntos de vista y contraponen sus opiniones logrando equilibrar la balanza a tal grado de que es difícil que el público tome un bando. No obstante, al final se descubre que ambos tendrán que ejecutar sus propias leyes en casa.