La niñez es esa etapa de la vida en donde los menores adquieren conocimientos básicos para vivir sanamente en la sociedad y las personas encargadas de este proceso de crecimiento son sus padres. Sin embargo, en muchos casos hay carencia de cuidados parentales y varios tipos de violencia, por lo que los niños tienen que ser trasladados a asociaciones para que puedan llevar una vida digna.
En Puebla no hay una cifra concreta de niños que están en estado de orfandad o sin cuidados parentales, pero hasta septiembre del año 2022 el gobierno del estado tenía 159 niñas y niños en “acogimiento residencial” por los Sistemas Estatales DIF y 17 en situación de calle que fueron atendidos también con este organismo público.
Para los especialistas, la carencia de cuidado parental es diversa y compleja, pero se origina principalmente por la falta de recursos económicos y por la violencia familiar. Su sugerencia es que todas las autoridades destinen recursos a los lugares que sirven de acogimiento familiar y que los encargados de estos niños cuiden su salud mental, ya que esta etapa es fundamental en su desarrollo integral como personas.
Este 30 de abril, Día de la Niña y el Niño, El Sol de Puebla aborda esta problemática social, presenta los cambios emocionales que viven las personas que durante su niñez no tuvieron la guía de sus padres, pero también las asociaciones que por varios años los han recibido y les han dado herramientas para integrarse al mundo laboral, profesional y social.
Violencia familiar y pobreza, principales causas para que los padres abandonen a sus hijos
La psicóloga y trabajadora social, Erika Suleim Espinoza Morales, explicó la diferencia entre un niño en estado de orfandad y un niño sin cuidados parentales. El primer término se refiere a aquellos que sus padres fallecieron y el segundo a quienes por diversas razones no viven con sus padres y no están bajo sus cuidados.
Desde su óptica, hay varios motivos por los que los padres ya no pueden hacerse cargo de los niños, pero principalmente este hecho se da por la violencia familiar. Cuando hay golpes o gritos de manera excesiva los vecinos lo notan, hablan a la policía y las autoridades determinan alejar al niño de este entorno dañino.
La denuncia la puede hacer también la misma madre cuando el padre es el violentador, y al no tener un lugar seguro para el infante, las procuradurías del cuidado al menor deciden llevárselo y colocarlo en un lugar en donde esté a salvo mientras se arregla su situación familiar.
Otra de las causas es la pobreza, ya que si los padres no tienen los recursos suficientes para darle comida y vestido, empiezan a incumplir con sus obligaciones y deberes. Ante estos hechos las autoridades pueden retirarles a los menores, pero hay casos en donde ellos por voluntad propia deciden dejar a sus hijos en asociaciones que se dedican a su cuidado.
Un origen más es la enfermedad, ya que los padres por tener algún padecimiento descuidan a los niños y también puede deberse a la migración, cuando los padres los dejan por movilizarse a otro lugar, aunque en México no se da tanto como en países centroamericanos.
Niños sin cuidados parentales son más vulnerables
Aunque los niños que no tienen cuidados parentales sí tienen a su madre o padre con vida, la realidad es que al igual que los huérfanos, están expuestos a desprotección, depresión, soledad, inseguridad, conflictos al relacionarse socialmente, estigmatización, entre otras repercusiones por no estar de manera directa con ellos.
Por tal motivo, Espinoza Morales cree que es fundamental que las autoridades y los cuidadores de los menores no olviden su salud mental y que los fortalezcan a través de diferentes actividades para que se conviertan en adultos sanos.
“Al crecer sin estos cuidados nos encontramos con adultos faltos de afecto, responsabilidad y conductas inadecuadas como adicciones y sobre todo con desapego y desinterés en sus familias. Las personas que han vivido abandono de sus padres también suelen tener un sentimiento de culpa, pues se llegan a responsabilizar de este abandono al grado de cuestionarse el porqué de su existencia, cayendo en ideas de inferioridad y minusvalía comparando su vida con la de otros”, compartió.
A lo anterior se sumó José Leopoldo Castro Fernández de Lara, académico del Departamento de Ciencias de la Salud de la IBERO Puebla, quien cree que la salud mental en estos niños debe de priorizarse, ya que ellos serán adultos que representarán a la sociedad del país.
“El cerebro de un niño requiere madurar y requiere acompañantes que le vayan enseñando varios procesos, si no hay personas que lleven eso, como los padres, que lo hacen con amor y porque es su deber-ser, necesitan otra figura de maduración. Si no hay figura habrá retrasos en su desarrollo”, indicó.
En su opinión, la niñez necesita apoyo en su control emocional, en su toma de decisiones, en sus hábitos alimenticios y hasta de higiene, por lo que las autoridades deben de voltear a verlos, colocarlos en lugares en donde los cuiden correctamente y en donde favorezcan todos sus derechos.
Asimismo, brindar recursos a los lugares que sirven de acogimiento familiar, pues en estos espacios recibirán apoyo emocional, educación, diversión, salud y todo lo necesario para que crezca un humano socialmente responsable.
“Necesitan encontrar figuras que los acompañen en los procesos de aprendizaje y es difícil porque normalmente son los padres los que hacen eso, pero no quiere decir que por haber estado en un orfanato o no haber tenido mamá o papá eso conlleve necesariamente a un destino malo, puede ser que sí tengan más dificultades para su regulación emocional, sobre todo en la adolescencia, pero no es un detonante para todos”, expuso.
Puebla, sin cifras actualizadas de orfandad
El Sol de Puebla revisó el portal de transparencia del gobierno de Puebla y en el apartado de “Unidad de atención a población vulnerable” se pudo encontrar el número de niñas y niños de hasta 11 años que recibieron “acogimiento residencial” por el DIF, pero sólo los correspondientes a julio, agosto y septiembre del año pasado. En total hubo 159 menores.
El portal no especificó cuántos de estos niños están en orfandad y cuántos no tienen el cuidado parental, solo detallaron que el “acogimiento residencial” es el brindado por centros de asistencia social como una medida especial de “protección de carácter subsidiario” y es el último recurso por el que se opta.
Hay otro segmento de niñas y niños de hasta 11 años de edad en situación de calle, en total fueron 17 menores “acogidos”. También los niños que fueron atendidos con motivo de prevención a la violencia familiar, aquí fueron mil 347. Sin embargo, tampoco se especifica cuántos de ellos son niños sin cuidado parental o en riesgo de perderlo.
No hay una lista oficial de los orfanatos o las asociaciones con los que tienen convenio para resguardar a los menores, por lo que esta casa editorial revisó el directorio de orfanatos en México y al seleccionar “Puebla” arrojó 82 resultados, pero la lista alberga centros del DIF, escuelas que funcionan como internados, casas cuna y hasta centros de salud.
Antes del 2019, la administración estatal publicaba en su portal de transparencia las adopciones que se lograban a través del DIF, pero luego de ese año el apartado dejó de existir.
Debido a que ya no están estos datos, la única manera de tener esta información es a través de una solicitud de información.
En la Plataforma Nacional de Transparencia está publicada la solicitud con folio 211204921000035, la cual reveló que desde el 2011 y hasta el 2020, en Puebla se adoptaron 290 niñas, niños y adolescentes que estaban bajo la custodia del DIF. De esta cifra, hay “una devolución” en el 2015 porque abandonaron al menor en la capital.
Desde el 2020 y hasta el presente año no hay datos oficiales. El Sol de Puebla cuestionó al DIF Estatal acerca del número que ellos tienen registrados de niños en estado de orfandad, niños sin cuidados parentales y número de adopciones, pero al cierre de esta edición no hubo una respuesta.
Casa del Sol y Casa Hogar IPODERAC, los lugares que protegen a la niñez vulnerable
Hay lugares en Puebla que buscan aminorar las heridas emocionales de los menores y que gracias a la atención de su personal brindan el amor que necesitan para convertirse en adultos sanos, responsables y llenos de amor.
Este medio acudió a Casa del Sol, una asociación civil que impulsa el desarrollo integral de niños y niñas en situación vulnerable. A la infancia les ofrecen actividades cognitivas, socioemocionales y psicoeducativas.
Actualmente hay 52 niñas y niños. De esta cifra, el 50 por ciento está en situación de orfandad y el resto en sus programas de albergue y estancia que más adelante explicaremos. En total, hay cinco lactantes, en maternal hay 16 infantes, 17 en preescolar y 14 en primaria.
Socorro Mendiola, una de las integrantes de la asociación, explicó que su objetivo es cuidar a la niñez vulnerable, ya sea de manera económica, física, psicológica o social. “Todo niño que esté sufriendo puede entrar a este espacio”, señaló.
En Casa del Sol se ofrece el servicio de hospedaje, que beneficia a las madres que no tienen economía suficiente para estar con sus hijos toda la semana. Estas mujeres no tienen casa o trabajo y la asociación cuida a los niños en lo que ellas salen adelante.
No tiene costo, los niños están toda la semana y sólo los sábados sus madres se los llevan para regresarlos los domingos. Durante los días que están en Casa del Sol se bañan, tienen todas sus comidas, acuden a la escuela y hacen tareas.
Otro servicio es el de albergue. En este caso los niños son canalizados a través del DIF, la Fiscalía de Puebla o por los mismos padres que por alguna razón deciden no conservarlos. Los cuidan y les dan los servicios necesarios para que se desarrollen sanamente, pero no hacen procesos de adopción, esto lo hace el DIF.
“Los procesos de adopción se hacen a través del DIF, nosotros únicamente los albergamos y el DIF tiene conocimiento de cuál es nuestra población y cuál es la situación jurídica de cada uno de los niños”, explicó.
Por último cuentan con el servicio de guardería. Esta opción la eligen los padres que por cuestiones laborales no tienen con quien dejar a los menores y en esta modalidad hacen un estudio socioeconómico para que los niños puedan ingresar.
Dependiendo de la capacidad económica de los padres, se decidirá el monto de la cuota de recuperación. Estos niños están desde las 6:00 horas hasta las 19:00 horas y sus padres los recogen diariamente.
Al preguntarles las cifras de adopción que tienen por año, Carlos Enrique Reyes Valentín, otro miembro de la asociación, respondió que es muy variante, ya que hay años en donde se van hasta tres, pero otros que ni uno.
Para este año, “ya ven cercana” una línea de adopción, pero Reyes Valentín, dejó en claro que son muy meticulosos y reservados con esta información por cuidado del menor.
“Tenemos bastantes historias de éxito. En unas semanas recibiremos personas voluntarias que quieren cuidar niños y que ellas salieron de Casa del Sol. Ellas fueron adoptadas aquí y ahora viven en otros países, tienen una vida muy digna y el karma les devolvió un poco de lo que les quitó en un principio”, indicó.
Los niños pueden estar en Casa del Sol hasta los 8 años, sin embargo, por algunos procesos jurídicos se han quedado más tiempo, después de este periodo se van a otras asociaciones, pero el objetivo es que regresen con sus familias o encuentren una nueva.
Otro espacio que atiende de forma integral a niñas, niños, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad es Casa Hogar IPODERAC. Hoy en día, hay 44 niñas y 48 niños distribuidos en dos campus, uno femenil y otro varonil.
En este lugar casi todos los menores tienen familiares, a excepción de un par de hermanos que llegaron de una casa cuna y están en estado de orfandad. También se enfocan en la niñez, el más pequeño tiene 3 años, pero hay un joven de 20 años que está en un programa de “vida independiente” que busca emanciparse de la institución.
En IPODERAC no sólo hay niñez y juventud poblana, sino que hay menores de Chiapas, Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Estado de México y Ciudad de México. En suma, trabajan con menores migrantes no acompañados. Hay dos niños de Honduras y están coordinados con la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados para poder regularizarles la documentación y que estén de manera legal en el país.
Alejandra Pérez Trujillo, gerente de procuración y Paola Vivanco Tovar, la directora educativa, explicaron que los niños que han llegado a IPODERAC fue a raíz de la ausencia de cuidados parentales, negligencia de los padres, o por cuestiones económicas.
En este último punto, dijo que hubo madres que se quedaron sin casa o trabajo derivado de la contingencia sanitaria por coronavirus y esta situación puso en estado de vulnerabilidad a los niños. En su mayoría están canalizados por las Procuradurías de Defensa del Menor, pues trabajan con 14 estados del país.
Su modelo educativo está basado en vida en hogares, formación académica, formación laboral, desarrollo humano y vida independiente. Todos estos rubros los refuerzan con el valor del propio esfuerzo.
En IPODERAC no hay personal de mantenimiento, los niños se coordinan por equipos para realizar sus actividades y con esto trabajan la participación infantil. Hay adultos supervisando, en ningún momento están solos. Aquí no colaboran los más pequeños, en ellos se trabajan los hábitos de higiene, sueño y juego porque en la niñez vulnerada el juego se excluye.
También cuidan mucho el tema psicosocial y la educación. Todos los niños van a la escuela pública y están distribuidos en 14 instituciones de Atlixco. Si un niño llega a mitad del curso, hay un área encargada de acercarse a los directivos, presentar la situación y buscarles un espacio para que no pierdan clases.
¿Cómo se puede ayudar a un niño maltratado?
En caso de querer ayudar a Casa del Sol, Jesús Lucio Márquez de procuración de fondos, dio a conocer que tienen una lista de artículos y alimentos que requieren, como ropa nueva o usada, calzado de talla 0 a 10 años, equipo médico, útiles escolares, papelería, material didáctico, alimentos no perecederos, mobiliario y enseres para la Casa Cuna, artículos de limpieza y aseo personal.
También cuentan con dos bazares, en donde se puede donar o adquirir ropa, enseres, artículos varios, y calzado. Todo esto a precios económicos y que ayudan al sostenimiento de la institución.
Para entregar donativos hay que acudir directamente a Calle del Sol número 2910 o comunicarse por teléfono a los números 2480595, 5141778 y 79.
En el caso de IPODERAC, pueden ayudar comprando quesos Villa Nolasco. Su consumo ayuda directamente al desarrollo de las niñas y niños, el contacto para saber en dónde los pueden adquirirlos es villanolasco@ipoderac.org.mx.
Si es empresa, pueden hacer proyectos en conjunto a mediano o largo plazo, ya sea a través de inversiones sociales en sus proyectos educativos o productivos. De igual modo, se puede donar en efectivo haciendo un cargo mensual a la tarjeta de débito o crédito y donación en especie: ropa, alimentos, juguetes, piñatas, dulces, materiales escolares; todo en buen estado.
El teléfono es +52 (244) 4451 508 o pueden escribir al correo desarrollo@ipoderac.org.mx.