Jesús Cuaxiloa Luna, es un vecino de Coronango que lleva un año buscando tener el apoyo de contar con una silla de ruedas, el cual necesita para vivir con su discapacidad.
Actualmente se moviliza en un carrito de madera que una asociación cristiana le regaló y es lo único que tiene para moverse de un lado a otro.
Sin embargo, dijo que es necesario que tenga una silla de ruedas porque su carrito no lo puede subir a la unidad de transporte público y tampoco cabe en las entradas de los inmuebles públicos.
“Como es posible que una asociación religiosa me haya dado un carrito y no las autoridades municipales de Coronango que tienen todo un presupuesto, pero ojalá, si me llegan a dar, que no sea una desechable porque ya vi que están dando unas que duran menos de tres meses”, contó desde el zócalo de Coronango.
Relató que el año pasado, acudió con el presidente auxiliar de San Francisco Ocotlán, Manuel Martínez, para pedir este apoyo ya que es avecindado de esta junta auxiliar.
“‘Me engañó, me dijo que me iba a dar el apoyo de la silla de ruedas y jamás me lo dio y hasta se esconde cuando lo voy a buscar (…) las autoridades más que falta de apoyo, tienen falta de local y ética política y de compromiso porque engañan”, reiteró.
También lamentó que el gobierno del edil Gerardo Sánchez Aguilar, se conduzca en el mismo tenor, pues después de un año apenas una trabajadora social visitó su hogar para asentar su petición y tiene la promesa de que en este 2023 podría llegar.
Confía en que pueda obtener la silla de ruedas que tanto anhela y que le hace falta para mejorar su calidad de vida.
“Ha querido ir a quejarme al DIF Estatal, pienso que ahí tienen más palabra que las autoridades de Coronango, pero esperaré a que me cumplan en este municipio, pues me dijeron que en febrero ya me daban la silla y sigo creyendo en esta promesa”, concluyó.