Según el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), unadolescente mexicano pasa hasta 4 horas y 26 minutos diarios frentea la televisión, tiempo que podría ser prolongado pues elcreciente acceso a internet y servicios digitales de contenidos,como Netflix, le han robado terreno.
Al conmemorarse este 21 de noviembre, otro Día Mundial de laTelevisión, estudiosos como Jaime Ruiz Menéndez, profesor de laLicenciatura en Comunicación y Medios Digitales de la UPAEP, yJorge Luis Coronel Fuentes, profesor del Departamento deMercadotecnia de la Escuela de Negocios del Tecnológico deMonterrey, sostienen que este medio de comunicación nodesaparecerá pero definitivamente tendrá que transformarse, puesha perdido audiencia.
Como pruebas reconocieron que las 4 horas y 26 minutos que unjoven de entre 13 y 18 años de edad ve televisión todos losdías, según el más reciente Informe Estadístico del IFTcorrespondiente al primer trimestre del presente año, son menoresal tiempo que en el pasado se calculó para este sector de lapoblación y afirmaron que es consecuencia lógica de que cada vezmás de ellos tienen acceso a internet y a servicios por demanda,es decir, a las plataformas de consulta de contenidos comopelículas y series, como Netflix y Claro Video, por mencionar unpar de ejemplos.
Inclusive, ambos dudaron que los adolescentes pasen tal cantidadde tiempo frente al televisor, pues por su naturaleza hiperactiva ycuriosa, no suelen permanecer sentados o inactivos frente a unaparato.
“Los millennials son distraídos,dispersos, pierden rápido la atención y la televisión no es sumedio preferido”, sostuvo Coronel Fuentes.
Los dos estimaron que es más probable que los jóvenes síprolonguen su estancia en los celulares, tabletas electrónicas ocomputadoras, ya que haciendo uso de estos dispositivos puedenbuscar en internet los contenidos que deseen. “La inmediatez y laaccesibilidad que tienen con ello (acceso a internet y nuevastecnologías) hacen que no tengan que esperarse hasta las 5 de latarde para ver lo que quieran, lo pueden ver inmediatamente,simplemente lo llaman y lo pueden visualizar, en el celular o en lacomputadora”, destacó. A decir de RuizMenéndez, quienes ven la televisión son aquellos que, o no tienenrecursos económicos o técnicos para conectarse a internet yplataformas de servicios digitales o quienes cuentan contelevisión restringida y por esta razón, tienen más opciones dedónde elegir.
Pues inclusive, agregó Coronel Fuentes, hay páginas web en lasque pueden observar y hasta descargar películas y series,gratuitamente, de modo que prefieren buscar lo que realmente lesinteresa.
El resto, afirmó Ruiz Menéndez, suele observar programasunitarios, lo que sostiene a producciones como “La Rosa deGuadalupe” y “Como dice el dicho”, en donde además confluyencon otros grupos, como el de los adultos mayores de 45 años deedad, que según el mismo Informe del IFT, son quienes pasan mástiempo frente a la televisión, 5 horas y 38 minutos, “es genteque no tiene otras opciones para ver la televisión”,resaltó.
OBLIGADA A LATRANSFORMACIÓN
Jaime Ruiz Menéndez y Jorge Luis Coronel Fuentes tambiéncoincidieron en que, pese a algunos pronósticos, el internet noextinguirá a la televisión, aunque sí la está forzando a unatransformación.
Prueba de ello, subrayó el catedrático de la UPAEP, es quedurante y después del terremoto del pasado 19 de septiembre, latelevisión predominó como fuente de información de losmexicanos, pues en prácticamente todo el país, la gente recurrióa ella para informarse de las más recientes noticias relacionadascon el sismo.
Al respecto, es preciso señalar que de acuerdo con la EncuestaNacional de Consumo de Contenidos Audiovisuales 2016 del IFT, losprogramas con mayor audiencia, el 49 por ciento de la muestraestudiada, declaró ver la televisión por los noticiarios.
Ambos coincidieron en que la televisión está obligada acombinar su oferta con el internet y plataformas de contenidosdigitales, en una tendencia que ha sido llamada “doblepantalla”, es decir, que se complementa con lo que se puedeobservar en aplicaciones o servicios digitales, como escenas extrau otras opciones para ver un programa originalmente transmitido entelevisión, “como un producto para dos mercados”, abundó.
Y es que a decir de Coronel Fuentes, toda vez que la televisiónno es medio que naturalmente atraiga al público joven, tendrá quebuscar la forma de interesar a estas audiencias, y para elloestimó, debe apostar por programas cortos, concretos y dinámicosy con contenidos atractivos, como historias en las que puedanidentificarse, o la hipersegmentación, es decir, producircontenidos para mercados cada vez más focalizados oespecíficos.