Habitantes de las colonias Patrimonio, San José Mayorazgo y Vicente Guerrero, al sur de la ciudad de Puebla, padecen cada semana el suministro de agua con tonalidades y texturas turbias, acompañada de abundante sarro. Además de afectar tuberías y enseres, la situación provoca que los vecinos no puedan ni lavarse los dientes o siquiera bañarse apropiadamente.
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Reynaldo Sampayo, vecino de la colonia Patrimonio, relata que en las últimas tres semanas se disparó la cantidad de sarro en el líquido que recibe de la concesionaria Agua de Puebla. Apenas el martes, afirma, recabó sarro equivalente a una cubeta de 5 litros. Aunque ya se deshizo de la sustancia, todavía conserva un poco del material pétreo en su cochera.
La problemática, asegura, se agravó recientemente, cuando sus tuberías y llaves de paso comenzaron a expulsar abundante un material pétreo con tonalidad oscura y una textura rasposa, similar a la grava. Esto lo obligó a tener que pagar casi 2 mil pesos por la limpieza de su cisterna y tinaco en menos de un mes, cuando lo recomendable es hacerlo cada semestre.
Según el hombre, aunque la situación es recurrente, hay días en los que las afectaciones son superiores. La última vez que se enfrentó a ello fue el martes 13 de noviembre. Y aunque reportó la situación a la concesionaria, señala que no ha sido contactado para brindarle una solución.
Esta circunstancia, afirma Sampayo, ocasiona que sea necesario desperdiciar el agua, que de por sí ya es escasa durante la semana. Lo anterior debido a que en su domicilio se ven obligados a liberar el líquido hasta que deje de presentar turbiedades físicas, con la finalidad de poder realizar actividades de limpieza doméstica e higiene personal, principalmente.
“Mientras estaban desazolvando la tubería salía el agua negra. Pero negra, joven. Imagínate, ¿quién va a tener ganas de bañarse si el agua sale así? (...) Yo hablé varias veces a Agua de Puebla y todas las veces me dejaron colgado”, remata el hombre.
No muy lejos de ahí, Marisela, vecina de la colonia Patrimonio, explica que esta circunstancia provoca que los habitantes del sur de la capital poblana deban pagar varios cientos de pesos por limpiezas y arreglos no previstos en sus domicilios, únicamente para recibir el suministro normal de agua.
Hace dos semanas, asegura, personal de la concesionaria a cargo de brindar este servicio se apersonó en la colonia para realizar algunas limpiezas de cisternas. Afirma que los trabajadores de la empresa le recomendaron no consumir el líquido ni utilizarlo para actividades de higiene personal, como bañarse o lavarse los dientes. Únicamente le sugirieron usarlo para regar jardines, limpiar patios o bien para emplearla como aguas grises en los retretes.
“Yo la verdad contraté para que me vinieran a limpiar y llenar la cisterna. Pagué 850 por la pipa y 650 por el lavado de cisterna y tinaco (...) Mandé a analizar el agua, pero no me han entregado los resultados. Lo hice porque dije, ‘el agua puede tener hasta una hepatitis tipo A’”, explica Marisela.
Para Concepción, habitante de la colonia San José Mayorazgo, la presencia de sarro en sus tuberías se ha convertido en un problema que incluso califica como “una plaga”.
Asegura que, debido a los inconvenientes, su familia no puede ni siquiera bañarse con el agua de paso, pues el líquido no es siquiera cristalino. Además de que la textura provoca heridas cutáneas para sus seres queridos.
Frente a este hecho, la familia de Concepción elige bañarse únicamente cuando su cisterna es llenada por pipas particulares, hecho que conlleva gastos adicionales. Lo anterior, enfatiza la mujer, sin contar los múltiples desperfectos que el sarro ya ha provocado a sus tuberías, regaderas y calentadores de agua.
Los negocios de la zona también padecen la problemática. Raúl, que tiene un negocio de herrería, afirma que, aunque no reside de planta en la colonia Vicente Guerrero, sufre los estragos del suministro de agua con anomalías físicas en varios polígonos del sur de la ciudad.
El hombre explica que este escenario adverso lo ha obligado a tener que utilizar incluso agua de garrafón para hacer algunas actividades de higiene personal, como lavarse los dientes y las manos.
Dicha situación es idéntica a la que vive Valentín Gutiérrez, quien trabaja como tapicero en esta misma colonia. En su caso, explica que, además de las tonalidades y texturas turbias en el agua, el líquido ha presentado aromas fétidos, lo que, según él, ha generado preocupación entre sus vecinos.
No es la primera vez que habitantes del sur de la ciudad reciben agua con turbiedades físicas en sus domicilios. El Sol de Puebla reportó en octubre pasado que habitantes de las colonias Granjas de San Isidro, Lomas de San Miguel, así como la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, reciben altas cantidades de sarro en sus tomas domiciliarias. Esto ha causado, entre otras cosas, que deban pagar costosas soluciones para frenar el problema.
Finalmente, cabe recordar que, el pasado martes 13 de noviembre, diputados del Congreso local exigieron al titular de Agua de Puebla, Héctor Durán, y al director del Sistema Operador de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado de Puebla (SOAPAP), Gustavo Gaytán, informar, entre otras cosas, sobre el estado del servicio de agua potable. Sin embargo, los legisladores evitaron ahondar en los problemas relacionados a la filtración y calidad del líquido.