Desinformación, temor, preocupación y dudas expresaron las familias de la unidad habitacional Villa Frontera antes y durante la evacuación debido a la fuga por el robo de combustible en el ducto de Gas Licuado de Petróleo (LP) Cactus–Guadalajara ubicado en el Camino a Tlaltepango.
Cargando a los niños, en pijama, con mochilas al hombro o con la ropa del día anterior fue como vecinos desalojaron la zona, luego de que las autoridades dieron a conocer la emergencia. Y la preocupación incrementó especialmente cuando, a pesar de la oscuridad, se apreció en el cielo una nube de gas y a ras de piso una especie de neblina por lo que las personas comenzaron a asustarse.
Lo que más les preocupó fue que pronto el olor del gas fue intenso por lo que cuando las personas comenzaron a salir de sus hogares se taparon las vías respiratorias con bufandas y algunos utilizaron tapabocas.
Más tarde, se escucharon las sirenas de los cuerpos de emergencia; a través de las noticias y en redes sociales, los colonos se enteraban que las autoridades se encontraban evacuando la zona, pues se había registrado una gran fuga de gas.
Por las calles de Villa Frontera se observaban decenas de familias que salían de sus casas. Mayor esfuerzo hacían quienes tenían que apoyar a los más ancianos del hogar y a las personas con discapacidad.
Cuestionados hacia dónde pensaban dirigirse, respondían que no tenían ni idea, pero que solo querían alejarse del sitio.
José salió con su hija y su esposa, desde antes de las 5:30 horas cuando se percató de la emergencia pues comenzó a oler el combustible.
Él suele levantarse muy temprano para ir al trabajo por lo que dio cuenta de lo que estaba pasando solo con el olor, a diferencia de otros colonos quienes se enteraron de la fuga hasta que escucharon las sirenas de las unidades de la policía o a través de los medios de comunicación oyeron la noticia.
Muchos más como las señoras Elena y Sonia, con sus respectivas familias, salieron de sus casas y vieron que otras personas estaban en las calles a la expectativa de lo que estaba pasando, sin embargo, antes de las 7:00 horas todavía nadie –reprocharon- les había avisado sobre la evacuación por lo que no sabían qué hacer.
Una familia caminaba por la colonia a toda prisa en medio de la oscuridad, eran alrededor de seis integrantes, contando a dos niños. Ellos fueron notificados por las autoridades exactamente a las 5:50 horas de ayer sobre la emergencia y no dudaron en salir de sus hogares con dirección a las colonias contiguas.
En los ojos de uno de los más pequeños de la familia se apreciaba temor y duda, pues era prácticamente arrastrado por una mujer, probablemente su madre, a mitad de la oscuridad para ponerse a salvo y él ya se había dado cuenta de que había una nube diferente en el cielo por lo que el sueño ya no estaba en su rostro.
En las calles, al momento de la evacuación, la gente se aglutinaba en las esquinas, otros subían a sus vehículos, pero muchos no sabían a dónde ir, pues solo algunos supieron que el Dormitorio Municipal y el Centro Expositor estaban siendo habilitados para recibirlos si la emergencia se prolongaba, pero eso no sucedió.
La fuga de gas se controló a las 8:42 horas, según datos de Protección Civil. Para ese momento unas mil 200 personas ya habían sido evacuadas; a fin de reducir el riesgo, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) había cortado el servicio de luz.